¡Bravo, Richard!

Su estampa es común y corriente, como la de muchos ecuatorianos. De complexión delgada, con 1,70 m de estatura. Nacido en tierra de ciclistas, en la provincia del Carchi, de donde vinieron también Jaime Pozo, Pedro Rodríguez, Paulo Caicedo, y tantos deportistas de élite que pasearon su clase en sus bicicletas, tanto dentro como fuera del país. Richard Carapaz, además de la calidad innata de los pedalistas de esa provincia, tiene la virtud de haber planificado con inteligencia su carrera deportiva y profesional. Luego de sus primeros triunfos en la Vuelta a Guatemala y en el Campeonato Panamericano de Ruta, decide trasladarse a Colombia, país que también ha hecho historia en el ciclismo mundial, con grandes campeones como Luis Herrera, Fabio Parra, Rigoberto Urán. Con ese bagaje de experiencia y calidad, Carapaz encontró el momento justo para emigrar a Europa y enrolarse en un equipo de élite, con participaciones importantes en la Vuelta a España, hasta conseguir lo que hasta ahora ha sido su mayor hazaña: ganar el año pasado el Giro de Italia, con una actuación que nos emocionó hasta las lágrimas, al poder observar por televisión las etapas en las cuales el extraordinario deportista demostró su enorme calidad, tanto así que el relator deportivo lo bautizó como la ‘Locomotora del Carchi’, porque cuando se escapa del pelotón, especialmente en la montaña, parecería impulsado por un motor, pero son sus delgadas piernas y su espíritu indomable los que lo llevan al triunfo. Es claro que los deportistas de élite, además de las condiciones físicas y la disciplina, deben poseer una gran fortaleza mental, y eso es precisamente lo que más se admira en Carapaz: esa fuerza interior que la pone de manifiesto en el momento oportuno, para pedalear en busca de la gloria. En estos días, en el Tour de Francia, Carapaz nuevamente nos llena de orgullo y alegría: ha llegado segundo en dos etapas, y, hasta el día de hoy, es el líder de los premios de montaña. Andrés Gómez, Jefferson Pérez, Iván Vallejo, y hoy Richard Carapaz, son un ejemplo a imitar; sus triunfos en el deporte nos colman de satisfacción y optimismo ¡Bravo, Richard!