La educación contrapuesta

Es sin duda un tema de actualidad la pugna que hay entre la educación de estado, que “se dice” es completamente gratuita y la fiscomicional, que básicamente es privada pero con ayuda económica del estado. Ambas cumplen su rol en el campo educativo y por consiguiente tienen sus problemas propios y sus resultados también diametralmente opuestos.

Se quiere por un lado a mansalva y sin estudio técnico previo, suspender la ayuda que el estado da a aquellos colegios que educan a ciudadanos de recursos económicos medios y medios bajos, sin considerar nada más que la alegoría de que como son de curas, monjas, municipios o cualquier fundación, deben asumir todos los costos por cuenta y riesgo propio. Si es así entonces habrá que considerar a corto tiempo un gran número, que digo, un inmenso número, de estudiantes vagando sin rumbo por las calles, ya que por un lado, no hay suficiente infraestructura en los establecimientos fiscales para albergarlos y por otro, no hay docencia suficiente como para soportar la avalancha de necesidades que se vendría con esta ley superficial e inconsulta.

Si es bien cierto que falta regulación propia para este caso, pero es cierto también que ya se conoce por experiencia histórica que la diferencia entre uno y otro tipo de plantel es abismal, en aquellos que son solamente de estado, sin estar del todo mal, son manejados de manera mucho más indiferente, política y hasta simplista, lo que sin duda se refleja en los estudiantes que envían a las universidades y carreras intermedias, que llegan con pocos conocimientos, demasiado cargados con bases políticas y casi siempre acostumbrados a trabajar con recursos académicos de antaño, mientras que por otro lado, aquellos que pueden ir a instituciones fiscomicionales, de fundaciones o municipales, llegan casi siempre a superar a los primeros en casi todos los campos, menos en el de la huelga y el paro, que se ven claramente superados por los del estado. Es tiempo de revisar todo el sistema educativo nacional y entregar el mismo a organizaciones especializadas y que respondan a los requerimientos académicos, técnicos y éticos de la familia ecuatoriana.