Treinta seísmos y 2.800 toneladas de azufre salen del Tungurahua

Quito

Unos treinta seísmos leves se han registrado en las últimas 24 horas en el volcán ecuatoriano Tungurahua, que ha expulsado, en ese mismo periodo, unas 2.800 toneladas de dióxido de azufre, informó ayer el Instituto Geofísico de la Escuela Politécnica Nacional.

La actividad sísmica se redujo este día, con menos de la mitad del número de temblores de los que se informaron la víspera, mientras que en el mismo lapso aumentó la emanación SO2 en más de 1.000 toneladas.

Además, desde hace dos días, el Geofísico ha registrado la emisión de gases, con un moderado contenido de ceniza, se han escuchado bramidos en el interior del volcán, y anoche se pudo observar un brillo de incandescencia en el cráter.

El informe del Instituto advierte de un «ligero incremento en la actividad superficial del volcán», así como de un descenso en la frecuencia e intensidad de los temblores internos.

En las últimas 24 horas se han registrado 24 seísmos de «largo periodo», relacionados con el movimiento de fluidos, tres «vulcano-tectónicos», por la fractura de rocas en el interior de la montaña, así como seis episodios de tremor o temblor constante.

Los científicos consideran que la actividad del Tungurahua es «baja» y dista mucho de la registrada el pasado 17 de agosto, cuando el volcán generó una violenta erupción, en la que fallecieron cuatro personas, y dos más desaparecieron. Miles fueron evacuadas de las zonas aledañas y se perdieron grandes extensiones de cultivos.

El proceso eruptivo del Tungurahua, situado a unos 180 kilómetros al sur de Quito, empezó en 1999, y durante los últimos siete años ha intercalado periodos de gran actividad con lapsos de relativa calma, un fenómeno que podría continuar durante semanas, meses o años.

El Tungurahua, de 5.029 metros de altitud, forma parte del medio centenar de volcanes que se asientan en la cordillera andina de Ecuador y, junto a otros cinco, integran la lista de los más activos del país. EFE