Trasladan a Quito a joven quemado previo viaje a Estados Unidos

Quito

El joven ecuatoriano Frank Baus, de 15 años, quien durante la erupción del volcán Tungurahua, la semana pasada, sufrió quemaduras en todo el cuerpo, llegará hoy a Quito en una escala previa a su viaje a Boston, donde recibirá atención gratuita, informó el Ministerio de Bienestar Social.

Eduardo Martillo, asesor del ministro de Bienestar Social, explicó que Baus, que estaba internado en un hospital de Riobamba, ha sido trasladado en ambulancia hasta la ciudad de Ambato.

«De allí será llevado a Quito para ingresarlo a un chequeo final en el Hospital Militar, que le extenderá un certificado que se requiere en Estados Unidos sobre su estado de salud», indicó Martillo.

Una vez que haya sido sometido a esos análisis en Quito y dependiendo de su estado de salud y de las condiciones climáticas, Baus podría viajar esta media noche o mañana temprano a Estados Unidos en una avioneta ambulancia, añadió el asesor del ministro.

Martillo precisó que la Embajada de Estados Unidos ha extendido visados por un año para Frank Baus y su padre, Fabián.

Baus ha sido tratado desde más de hace una semana en un hospital de Riobamba por quemaduras de segundo y tercer grado en el 81 por ciento de su cuerpo, y de primer grado en el resto de cuerpo.

Fabián Baus, padre del menor, dijo a Efe que el joven sufrió las quemaduras por salvar a su abuela, fallecida el pasado sábado por las quemaduras que también sufrió y los efectos de la inhalación de la ceniza.

El Gobierno ecuatoriano asumirá el coste del traslado de Baus a Estados Unidos, mientras que un hospital de Boston cubrirá todos los gastos del tratamiento.

Frank Baus vivía con sus abuelos, padres y hermanos en la localidad de Palitahua, que fue arrasada en la madrugada del 17 de agosto por las lenguas de fuego que bajaron del volcán Tungurahua, de 5.029 metros de altura y situado en el centro andino de Ecuador.

Cuatro personas han muerto por la erupción, mientras otra dos están desaparecidas, aunque la Defensa Civil y las autoridades las dan por muertas al considerar que sus cuerpos fueron sepultados por miles de toneladas de flujos piroclásticos emanados del Tungurahua, en su mayor erupción de los últimos 120 años.

Al menos sesenta personas resultaron heridas por quemaduras o por la caída de rocas, mientras que miles de animales han muerto y miles de hectáreas de pastizales y cultivos han quedado cubiertas o afectadas por las cenizas. EFE