Tercera generación de chocolateros mantiene viva la tradición

Tradición. Antes de 1900 el cacao empezó a transformarse en delicioso chocolate en la tierra de los Tres Juanes.
Tradición. Antes de 1900 el cacao empezó a transformarse en delicioso chocolate en la tierra de los Tres Juanes.
Tradición. Antes de 1900 el cacao empezó a transformarse en delicioso chocolate en la tierra de los Tres Juanes.
Tradición. Antes de 1900 el cacao empezó a transformarse en delicioso chocolate en la tierra de los Tres Juanes.
Tradición. Antes de 1900 el cacao empezó a transformarse en delicioso chocolate en la tierra de los Tres Juanes.
Tradición. Antes de 1900 el cacao empezó a transformarse en delicioso chocolate en la tierra de los Tres Juanes.
Tradición. Antes de 1900 el cacao empezó a transformarse en delicioso chocolate en la tierra de los Tres Juanes.
Tradición. Antes de 1900 el cacao empezó a transformarse en delicioso chocolate en la tierra de los Tres Juanes.
Tradición. Antes de 1900 el cacao empezó a transformarse en delicioso chocolate en la tierra de los Tres Juanes.
Tradición. Antes de 1900 el cacao empezó a transformarse en delicioso chocolate en la tierra de los Tres Juanes.
Tradición. Antes de 1900 el cacao empezó a transformarse en delicioso chocolate en la tierra de los Tres Juanes.
Tradición. Antes de 1900 el cacao empezó a transformarse en delicioso chocolate en la tierra de los Tres Juanes.
Tradición. Antes de 1900 el cacao empezó a transformarse en delicioso chocolate en la tierra de los Tres Juanes.
Tradición. Antes de 1900 el cacao empezó a transformarse en delicioso chocolate en la tierra de los Tres Juanes.
Tradición. Antes de 1900 el cacao empezó a transformarse en delicioso chocolate en la tierra de los Tres Juanes.
Tradición. Antes de 1900 el cacao empezó a transformarse en delicioso chocolate en la tierra de los Tres Juanes.

El aroma del exquisito chocolate ambateño envuelve de dulzura a quien decide probar una suculenta taza de esta bebida que se ha convertido en una tradición dentro de la ciudad.

“Cuando tengo la oportunidad de venir a la ciudad, siempre me tomo una taza de chocolate y me llevo a mi casa para seguir disfrutándolo con mi familia”, comentó Jéssica Carreño, asesora comercial de Los Ríos que viene por trabajo a Ambato una vez cada dos meses.

Su historia

Han pasado alrededor de 130 años desde que varias familias ambateñas, influenciadas por la coyuntura que había debido a que los campesinos de la ciudad viajaban a tierras cálidas para trabajar en las cosechas de cacao, decidieron incursionar en la elaboración de un chocolate propio de Ambato.

Fue así que allá por 1980 empezaron a procesar el cacao para convertirlo en chocolate. Al inicio las cosas fueron muy complicadas, ya que las distancias se hacían más largas, pues el transporte era rudimentario y el cacao se trasladaba desde la Costa en caballos. Sin embargo, las condiciones mejoraron y la elaboración del chocolate ambateño fue tomando más fuerza, a tal punto de convertirse en uno de los enfoques gastronómicos más tradicionales de la ciudad.

Su elaboración

Una vez traído el cacao este se debe tostar y pelar para luego ser triturado. Posteriormente se coloca en molinos, ahora eléctricos y con tecnología de punta, que lo van procesando hasta que quede en una pasta homogénea que debe ser enfriada y nuevamente procesada para que pueda salir con la textura y el color que tanto llama la atención a los compradores.

Es ahí cuando las hábiles manos de los artesanos, a pulso por la experiencia, elaboran las tabletas de una y media libra que son las tradicionales. En la actualidad se elaboran ‘medallas’ más pequeñas que son empacadas y fáciles de trasladar. (NVP)

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RELATIVA

FOTO HORIZONTAL…FFF MUSEO

TITULO

Museo del chocolate

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Con la finalidad de mostrarle al mundo los orígenes de este producto se creó el Museo del Chocolate, que evidenciará a detalle cómo se empezó con esta tradición. El lugar está ubicado junto a la casa parroquial de Huachi Chico, sector en donde se mantiene vida esta costumbre, pues es ahí donde se encuentran la mayoría de chocolateras de la ciudad.

Este es un proyecto emprendido por la Asociación de Chocolateros de Ambato, quienes luego de un arduo trabajo pudieron comenzar con este espacio en diciembre del año pasado.

Aquí se podrán observar fotografías, gigantogafrías, maquinaria y enseres antiguos con los que los primeros productores comenzaron a elaborar el delicioso chocolate ambateño.

Adicionalmente las artesanas les enseñarán de manera lúdica a preparar chocolate a quienes visiten este espacio que estará abierto a la disposición del público los fines de semana y feriados, de 09:00 a 19:00. Las personas que deseen ingresar a este encantador rincón de la ciudad deberán pagar una simbólica cantidad de un dólar por persona.

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RELATIVA

FOTO HORIZONTAL….FFF JUDITH

TITULO

Una vida haciendo chocolate

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Con 82 años Judith Velasteguí sigue yendo a su puesto de abarrotes en el segundo piso del mercado Central. Ahí ella vende tabletas tradicionales y medallones más pequeños de chocolate ambateño.

Acomodándose el cabello cuenta que fue a los 16 años cuando sus padres la incentivaron para que empiece con la elaboración de este producto que se ha convertido en parte de la identidad de la ciudadanía.

Doña Judith menciona que fue en 1903 cuando sus abuelos empezaron con su pequeña fábrica chocolatera, de sus manos fue que ella empezó a aprender el arte de transformar el caco en la pasta de chocolate, de aroma penetrante y exquisito sabor.

“Con mis abuelos no solo aprendí a hacer chocolate, con ellos también aprendí el valor del trabajo y la solidaridad, pues todos poníamos el hombro para hacer nuestros productos y luego venderlos”, señala doña Judith.

Cuenta que el inicio sus productos eran vendidos en las plazas de la ciudad, sin embargo, poco a poco fue traspasando las fronteras de la ciudad y la provincia. Al ser Ambato una ciudad estratégica para la actividad comercial, siempre tuvo la presencia de foráneos que para combatir el hambre y el frío se tomaban una taza de chocolate con pan ambateño, al sentir la fuerza del sabor de esta bebida decidían llevarlo hasta sus ciudades para consumo familiar.

“Es así como empezamos y hasta que tengamos fuerza seguiremos trabajando porque esta tradición se mantenga viva y continúe alimentando a nuestros compatriotas”, con una amplia sonrisa dijo doña Judith.

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FOTO HORIZONTAL….FFF CLARA

TITULAR

Manteniendo viva la tradición

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“Dios da para todos, aunque seamos varias las personas las que nos dedicamos a esto jamás hemos dejado de tener comida en nuestras mesas”, dijo Clara Guevara, quien tiene más de dos décadas elaborando y vendiendo chocolate ambateño.

Cuenta que fue su suegra quien le enseñó el arte de hacer este producto, aunque con algo de temor al inicio, con el tiempo le empezó a tomar cariño a la labor que le ha hecho vivir y disfrutar del amor en familia.

Menciona que las personas ya saben que encuentran el mejor chocolate en el mercado Central, “este es un sitio referente para Ambato y su gente, definitivamente la gente sabe que aquí no solo encuentra víveres a precios económicos, sino que también puede conseguir esos gustitos que son tan propios de nuestra identidad”.

Doña Clara dice que a pesar de que por cuestiones de empaque y transporte las tabletas se transformaron en medallones casi uniformes, todavía existen los clientes que prefieren comprar las tablas de media libras, pues solamente así sienten que es chocolate ambateño de verdad.

“Eso es sobre todo entre los mayores, ellos aseguran que solo cuando la tabla es grande y se coloca en funda de papel, el chocolate tiene el sabor y las propiedades tradicionales de este alimento tan propio de la ciudad”, dijo.

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FOTO HORIZONTAL…FFF RICARDO

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Un dulce familiar

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Entre sonrisas y miradas dulces Ricardo Escobar y su esposa Adriana Solís cuentan que la elaboración de chocolate les ha dado los mejores recuerdos de sus vidas. Él vivió junto a sus abuelos, sus padres, sus tíos y sus hermanos la experiencia de hacer ‘a la antigua’ muy tradicionalmente las tabletas de chocolate.

“Aquí todos metíamos manos, ayudábamos a pelar, tostar, moler, enfriar en fin a todo para que el chocolate salga bien”, entre risas recuerda también que su papá y su abuelo le decían que si no estaban de buen humor mejor ni los ayuden porque eso arruinaría la textura y el sabor del producto final.

Esa tradición comenta Adriana que también la tuvieron hasta la generación de sus abuelos y su papá, sin embargo, este decidió no seguir con la cosumbre familiar, pero ella al encontrar el amor con Ricardo retomó esta labor que ahora inculca en los más pequeños de su familia para que la elaboración del chocolate se mantenga viva de generación en generación.

Ellos utilizan cacao de Machala y Puerto Quito, con proveedores que al igual que ellos heredaron su trabajo de sus padres, por ende esta es una cadena familiar que no solo involucra a ellos sino también a quienes le proveen de las perfectas ‘pepas de oro’.

TOME NOTA

Hasta el 4 de marzo en La Liria se llevará a cabo la Feria del Chocolate Ambateño que se realiza por la Fiesta de la Fruta y de las Flores.

DATO

Los meses de mayor venta de este producto 100 por ciento ambateño son de enero a abril cuando se cuenta con la visita de quienes regresan a la ciudad para disfrutar de sus fiestas.