En el cementerio de Calderón, familiares acuden a limpiar y arreglar los sepulcros de sus allegados.
Ana María Collaguazo está sola, rodeada de tumbas con personas fallecidas que jamás conoció. Se mueve con parsimonia, midiendo cada movimiento. A sus 72 años debe tener cuidado, para no resbalarse o caer al suelo. Lleva en sus manos unas hermosas flores, de colores amarillo, violeta y rojo, que contrastan drásticamente con la desolación que se respira en el cementerio de Calderón.
Ha venido a visitar a su esposo, quien falleció un 22 de octubre, ya se han cumplido dos años. Todavía no lo ha superado, “eso nunca se supera”, responde con resignación. Además de las flores está limpiando la tumba, y los alrededores, dejándolo todo preparado para el próximo 2 de noviembre, el día grande de los que se fueron, el Día de los Difuntos.
Superar la partida
“Es muy duro volver a casa y encontrarse con el hogar vacío, muy duro. Vengo cada dos semanas a estar a su lado para recordarle de que estoy junto a él”, comenta con los ojos empapados. La próxima semana vendrá, una vez más, ahora con sus familiares y cientos de personas que acudirán a honrar a los que ya no están entre nosotros.
A unos metros de Ana María se encuentra Segundo Morales, quien está colocando con cemento unas cerámicas ornamentales en la tumba del padre de su suegro. Le acompaña su cuñado. “Es importante para nosotros tener la tumba bien limpia y arreglada. Es una cuestión de respeto. También están las de mi padre y otros familiares”, comenta.
Ahora tan solo le queda colocar una placa metálica para que todo esté perfectamente preparado para el Día de los Fieles Difuntos.
Vendedoras
En la puerta de la entrada del cementerio se encuentran dos expendedoras de flores, que conocen todos los entresijos del lugar, y que ofrecen sus ramos de rosas a un dólar. “Todavía no llega mucha gente, hay que esperar a la semana que viene”, comentan al unísono.
Entre los allí presentes también se encontraba una pareja de ecuatorianos que llegaron expresamente desde Canadá, ciudad donde residen. Caminan solemnemente con flores que llevan a uno de los mausoleos mejor cuidados del cementerio. “Venimos cada año por estas fechas, es muy importante para nosotros. Aquí está mi padre, quien falleció cuando tenía 101 años, también está mi cuñado que fue sacerdote y Margarita Reza, quien fuera la creadora de las figuras de mazapán de Calderón”, asiente.
Además de las flores limpian y adecentan todas las instalaciones. Al igual que todos los que pasaron el sábado por el cementerio acudirán junto a sus familiares el próximo lunes 2 de noviembre, para dar fe del amor y respeto que profesaban a sus queridos seres queridos. (MAP)
Una fecha de recuerdo
La Conmemoración a los Fieles Difuntos, popularmente llamada Día de los Muertos o Día de Finados, es una celebración que tiene lugar el 2 de noviembre, cuyo objetivo es orar por aquellos fieles que han acabado su vida terrenal y, especialmente, por aquellos que se encuentran aún en estado de purificación en el Purgatorio según la fe cristiana. En Ecuador muchas familias de comunidades indígenas comparten alimentos con los finados.
DATOS
La fecha de la celebración es muy próxima al equinoccio que acontece en octubre.
La colada morada es una bebida que se toma especialmente para estas fechas.
