Las vidas que cambió el terremoto de abril en Ecuador

Las vidas que cambió el terremoto
REACCIÓN. Una mujer muestra las escrituras de su casa horas después de ocurrido el sismo.

9 de cada 10 damnificados no tenían ningún ahorro antes del 16 de abril. Muchos de ellos no tienen forma de probar que las casas que perdieron eran suyas.

Para el 91% de los damnificados por el terremoto la situación se torna más difícil actualmente porque, según dijeron, no tenían nada de dinero ahorrado antes de la trágica noche del 16 de abril. Eso no es todo, el 80% asegura que perdió su casa por completo.


Las cifras se desprenden de un estudio hecho por la fundación Cecilia Rivadeneira, apoyada técnicamente por la empresa Habitus Millward Brown. El objetivo fue hacer una radiografía de los sobrevivientes y afectados.

Para ello, hicieron un estudio a profundidad en cuatro albergues de Manabí: dos manejados por instituciones públicas (Jama y Bellavista) y 2 organizados por la comunidad (El Matal y Coaque). Hablaron con 101 familias e hicieron 11 entrevistas a profundidad.


Lo siguiente que les preocupa a las oenegés que han visitado la zona es que el 23% de los encuestados asegura que tenía una vivienda propia, pero no tiene papeles para demostrarlo o eran construcciones irregulares.

Apenas el 35% de los damnificados respondió que tiene una casa propia con papeles. El resto (42%) se divide entre personas que vivían en casas alquiladas o prestadas. Eso, teme la fundación, podría ser una traba para que estas personas obtengan los bonos y otros beneficios ofrecidos por las autoridades.


La economía es algo que les preocupa mucho. El 66% no cree que podría ser sujeto de crédito en ninguna entidad. Además, el 44% respondió que ya tenía una deuda antes del terremoto y, de ellos, el 64% dice que no podrá cubrir esa obligación.

La situación


Casi cinco de cada 10 encuestados eran trabajadores autónomos, mientras que el 23,8% trabajaba bajo relación de dependencia y una cifra igual era de trabajadores agrícolas o jornaleros.


En promedio, cada hogar en las zonas visitadas está conformado por 4,2 personas. Los hombres representan una cifra ligeramente mayor (51%) que las mujeres (49%).


Casi el 9% de los encuestados no tiene ningún nivel de educación, el 24% tiene la primaria incompleta, el 21% la primaria completa, el 20% la secundaria no completa, casi el 21% la secundaria completa, el 5% la universidad con completa y apenas el 1% la universidad completa.


El 4% declara alguna discapacidad y el 12% que tiene alguna enfermedad que necesita tratamiento, entre ellas: hipertensión, cáncer, VIH, gastritis, asma, ansiedad, depresión y epilepsia.


39%

de encuestados no tenía agua potable antes del terremoto.


19%
con letrinas.



76%

vivía con un pozo séptico.