La Vicentina un barrio de vecindad, deporte e historia

ÍCONO. Jamil Molina y Bertha Pazmiño explican el significado del Obelisco para los vecinos.
ÍCONO. Jamil Molina y Bertha Pazmiño explican el significado del Obelisco para los vecinos.

Muchas anécdotas del barrio que nació en 1933 se centran en el Obelisco y en el leprocomio Cruz Verde.

Cerca de 27.000 personas habitan en las viviendas de los 11 barrios que conforman el sector La Vicentina. Por sus calles tradicionales –La Condamine, Iberia, Alfonso Perrier…– han recorrido cientos de estudiantes universitarios, deportistas, familias y pacientes médicos. No hay quien viva en el sector y no se ubique en función al Obelisco.

“A dos cuadras del Obelisco”, “nos vemos en el Obelisco”, son las frases que Bertha Pazmiño ha repetido durante más de 70 años que ha vivido en esta zona. Dicha estructura es como si fuera uno de los guardianes de la memoria del lugar. Las placas que están en ella mencionan a quienes han contribuido con el barrio desde 1952.

Cuando llegó desde Tulcán, Pazmiño se encontró con un sector agrícola. Sembraban maíz, fréjol, melloco y otros productos. Se acostumbró rápidamente también a sus vecinos, quienes siempre han estado pendientes de su bienestar. Menciona que el barrio sigue siendo familiar, su casa es de tres pisos. En las dos primeras plantas viven sus dos hijas.

Lo mismo cuenta Teresa Villacís, quien llegó al barrio cuando tenía 19 años. Ahora tiene 78. Sus 3 hijos, 8 nietos y 5 bisnietos viven en su casa. Guarda con cariño los recuerdos de su esposo, quien falleció hace seis años.

Llegaron al sector por coincidencia. Querían comprar un terreno en El Dorado pero les faltó tres sucres. Fueron a donde pocos se arriesgaban, cerca del que fue el leprocomio Cruz Verde. Ahí consiguieron una propiedad en 11 sucres. Casi no tenían vecinos pero el lugar se fue poblando poco a poco.

MEMORIA. Alejandro Barragán recuerda el Obelisco de La Vicentina desde que era niño. Su padre fue uno de los fundadores.
MEMORIA. Alejandro Barragán recuerda el Obelisco de La Vicentina desde que era niño. Su padre fue uno de los fundadores.

Memorias del sector
Cuando Alejandro Barragán tenía 7 años, sus padres le decían que corriera rápido cuando pasara por el leprocomio. Hace más de 60 años, los vecinos de La Vicentina creían que que la lepra (mal de Hansen) era contagiosa.

Él nació en el barrio y su padre fue uno de los fundadores, su nombre está escrito en el Obelisco y él recuerda que era dueño de toda la manzana. Dejó propiedades a cada uno de sus hijos con la condición de que construyeran sus casas mientras viviera.

Recuerda las transformaciones por las que ha pasado el barrio. Antes los buses llegaban solo hasta el redondel de la Patria y Toledo. Ese sector se conocía como ‘La shungo’. Ahí empezó la venta de las tripas asadas, que años después se moverían al parque Navarro.

En esos tiempos, según el libro ‘Memoria histórica y cultural de Quito’, la dinámica era la de los barrios obreros, predominaban lotes pequeños, faltaban servicios básicos. “Como máximo contaban con grifos públicos de agua y con abundante población”. Las primeras calles en las que se asentaron los pobladores fueron la Melchor Benavides y la Alfonso Perrier. Las mingas fueron importantes para construir los espacios públicos.

En los años que lleva viviendo en el lugar, Barragán recuerda la llegada de extranjeros cubanos que trabajaban como técnicos para la Concentración Deportiva de Pichincha, que está en el sector desde 1924. En los últimos años también han llegado migrantes de otros países como Venezuela y muchos estudiantes de universidades. Con los últimos casi no han compartido mucho porque su día empieza muy temprano y termina muy tarde.

Para él, los problemas de inseguridad son un reto para el sector, que se ha vuelto un poco peligroso por las noches.

SITIO. En el que fue el leprocomio Cruz Verde ahora funcionan otras entidades municipales.
SITIO. En el que fue el leprocomio Cruz Verde ahora funcionan otras entidades municipales.

Nuevos retos
Si alguien conoce los desafíos que el barrio tiene en la actualidad es Jamil Molina. Él es el coordinador del Cabildo La Vicentina y participa en todas las reuniones a las que van todos los representantes de barrios como El Dorado, San Pedro y San Pablo, Guadalupe y más.

EL DATO
La Vicentina está conformada por 11 barrios.El local de carnes ubicado cerca del Obelisco es un punto de encuentro al que los vecinos llegan a todas horas. “Recuperar el sentido de vecindad” se ha convertido en uno de los objetivos de las actividades de este año. Él vive en el sector más de 30 años y conoce a la mayoría de familias que fundó La Vicentina.

Junto con la Policía Comunitaria han realizado coordinaciones para las celebraciones y también planean hacer ferias de seguridad para capacitar a los vecinos. (PCV)

El sitio temido
° San Pedro y San Pablo está ubicado en la parte baja de La Vicentina. En el que un día fue el leprocomio Cruz Verde ahora funcionan distintas instituciones: el Centro de Salud, las oficinas del Distrito 14, un centro de rehabilitación de adicciones y una fundación que aún acoge a pacientes con la enfermedad de Hansen (lepra). Belén Chicaiza, de 19 años, se crió frente al lugar. Recuerda que cuando era niña solía entrar al hospital a jugar con los niños que vivían ahí. Sus padres nunca se lo prohibieron. “Había una palmera llena de cocos a la que sabíamos subir”, cuenta y sonríe. El sitio ahora es completamente comercial, en la misma cuadra hay varias tiendas comerciales, un centro dermatológico y sitios de comida.

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