La lancha patrullera Fernandina de la Armada está cerca de flota pesquera china

Seguridad. La guardacosta patrullera Isla Fernandina, de la Armada.
Seguridad. La guardacosta patrullera Isla Fernandina, de la Armada.

La patrullera oceánica Isla Fernandina surca las aguas del Pacífico ecuatorial. Su misión: llegar hoy al límite de la Zona Económica Exclusiva Insular de Galápagos (ZEEI) y asegurar la permanencia y vigilancia de los recursos marinos del país.

Frente a este punto, en aguas internacionales, se encuentra la flota china integrada por 60 buques, entre pesqueros, de abastecimiento y de bodegaje.

La respuesta de la Armada Nacional fue inmediata. El avión Casa AN204 sobrevoló la zona y con equipos electroópticos y de termografía detectó las embarcaciones a 200 millas de la Reserva Marina de Galápagos. Están organizadas en cuatro grupos separados entre sí por 20 millas.

La isla San Cristóbal es la base de operaciones de esta tarea de protección del mar ecuatoriano. Para este propósito se cuenta con 2 aviones Casa y un Super King Air. También con dos patrulleras oceánicas de sello ecuatoriano, pues son creación de la empresa pública Astinaves. Isla Fernandina es precisamente una de ellas.

Para otro nivel de tareas, el país cuenta también con tres corbetas repotenciadas: Los Ríos, Esmeraldas y Manabí. Tienen tecnología de última generación en cuanto a electrónica, radares y maquinaria.

Pero se requieren complementos. En ese sentido ya se ha pronunciado el Gral. Oswaldo Jarrín, ministro de Defensa quien tiene previsto sobrevolar la zona este sábado 9 de junio de 2018. De hecho, el espacio marítimo ecuatoriano es 5 veces mayor que su territorio continental.

Rumbo al límite marino
Cuando la patrullera Fernandina llegue al límite de la ZEEI, hecho previsto para la mañana de este viernes 8 de junio de 2018, se debe cumplir con un protocolo de abordaje de la situación.

El jefe de la misión puede pedir identificaciones a los tripulantes de la flota y demandar de ellos la intención de su presencia en el punto, para conocer, entre otras posibilidades, si los buques están de paso en aguas internacionales.

El Estado, de su parte, debe asegurar permanencia y monitoreo, para lo cual es clave marcar el posicionamiento de la flota extranjera.

Las armadas de países vecinos cuentan con buques multifunción de equipamiento modular. Es decir, pueden servir para tareas de defensa como humanitarias, pues se pueden cambiar sus segmentos artillados por unidades para rescate, atención emergente y demás actividades civiles.

Estas embarcaciones, en promedio de 90 metros de eslora, pueden permanecer en altamar un mes aproximadamente, sin tener que volver a puerto para reabastecerse. Esta condición permite, precisamente, una mejor tarea de vigilancia en caso de incursiones en aguas de un país.

Ecuador conoció una de estas naves tras el terremoto de Manabí y Esmeraldas en 2016. El buque multipropósito Tacna trajo 318 toneladas del cargamento solidario del pueblo peruano. Otra nave oceanográfica peruana de gran envergadura es el B.A.P. Carrasco, con 95 metros de eslora. (IFP)