Indignación y coraje sienten varias personas que trabajaron en la construcción de la Subestación El Inga-Tisaleo luego de que la empresa china que los contrató no les canceló sus haberes.
Varias son las personas afectadas quienes vieron en el proyecto una posibilidad de trabajo, ya que al ser un proyecto nacional todo sería seguro, pensaban.
Víctor Chango, morador del cantón, es uno de los afectados, a quien la empresa le adeuda alrededor de mil dólares como remuneración de varios meses.
“Se supone que este proyecto estaba a cargo de personas serias y que al ser un proyecto nacional no iba a existir problemas, pero la realidad es otra”, manifestó el morador.
Según Chango varios compañeros habrían sido perjudicados por esta empresa, pero muchos decidieron callar ya que continúan trabajando actualmente en la planta.
Carlos* aseguró que incluso fueron sobre explotados, ya que laboraban más de ocho horas en trabajos fuertes.
“De sol a sol trabajábamos sin decir nada, pues nos ofrecieron pagar bien, sin embargo, luego de varios meses nos dijeron que no tienen plata y al final ellos tranquilos se fueron porque ahora ya no es la misma empresa la que completó la obra”, aseguró.
Problemas
María Toapanta, moradora del sector, aseguró que las secuelas de la construcción de la subestación Inga-Tisaleo son muchas, no solo en el aspecto visual por las grandes torres que se ven ya en el paisaje, sino también social, ya que se ha dividido a la gente del sector.
“Antes todos nos llevavamos bien, ahora unos defienden el proyecto, mientras que muchos son los que dicen ser afectados porque no les pagaron”, aseguró.
Juan* manifestó que los problemas continúan aún cuando la empresa que está trabajando actualmente no es la misma que empezó la construcción de la subestación.
“Es verdad que la empresa china no pagó a muchos, y ahora seguimos con los mismos problemas porque nos hacen trabajar 12 horas en trabajos fuertes y con amenazas”, manifestó.
A decir del morador las autoridades deberían estar permanentemente vigilando estas anomalías que atentan contra sus derechos, ya que los obreros no pueden quejarse, porque si lo hacen luego vienen las represalias, aseguró.
Diario La Hora intentó obtener un pronunciamiento de la Corporación Eléctrica del Ecuador (CELEC) a través de llamadas telefónicas y correos electrónicos, sin embargo, no se logró una respuesta. (FCT)