El estruendo terrorista remueve la rutina de San Lorenzo

DAÑOS. Las casas aledañas quedaron reducidas a escombros. Las familias aún evaluaban los daños ayer.
DAÑOS. Las casas aledañas quedaron reducidas a escombros. Las familias aún evaluaban los daños ayer.

Unas 21 familias conviven ahora en el albergue de la zona. La seguridad se extrema tras el Estado de Excepción.

«Aún me zumban los oídos. Nunca he escuchado algo parecido”. “Creímos que se acababa el mundo. Ni el temblor nos asustó tanto». Son los testimonios de Jenny Nazareno y Carmen Carabalí, dos mujeres que desde hace más de medio siglo viven en el centro de San Lorenzo, en Esmeraldas, muy cerca del lugar donde a la madrugada del sábado explotó un coche bomba.

Ayer intentaron acercarse al escenario del atentado terrorista, en el destacamento de Policía, pero un grupo de uniformados parados junto a una cinta amarilla impidió que avanzaran.

En el lugar permanecen los hierros retorcidos de varios carros, uno de ellos está encaramado en una de las ventanas de la planta baja del edificio de tres pisos donde los policías del cantón tenían su comedor y los dormitorios.

60
días durará el Estado de Excepción en San Lorenzo y Eloy Alfaro.La escena es completa: paredes cuarteadas, mesas, sillas y otros objetos regados por el piso. Cada paso es atizado por el crujir de los vidrios que estallaron. La potencia de la detonación fue tal que incluso dejó un ‘cráter’ en el pavimento.

«Fue horrible. Para la dimensión de esto, debíamos estar todos muertos. Sin embargo, es un milagro que solo haya pérdidas materiales y unos cuantos heridos», decía Tatiana Navarro, otra de las vecinas del barrio La Delicia.

Los damnificados

Las cifras sobre los damnificados no terminan de cerrarse, pues mientras el alcalde del cantón, Gustavo Samaniego, dice que 37 viviendas contiguas al destacamento han resultado destruidas, la secretaria de Riesgos, Alexandra Ocles, declaró que fueron 14.

«Esto solo se veía en Colombia, en las telenovelas sobre Pablo Escobar», dijo el alcalde Samaniego, quien hizo un llamado al Gobierno de Juan Manuel Santos a que cuide su frontera.

Por medio de un breve comunicado, la Cancillería del vecino país se solidarizó con los heridos y damnificados y expresó “la disposición del Gobierno colombiano para cooperar con el de Ecuador en la lucha contra el crimen organizado”.

47.000
personas viven en San Lorenzo.La quietud

En las calles de San Lorenzo impera el silencio. Hay niños que al notar la presencia de extraños se acercan a pedir ‘una moneda’. Otros corretean por las calles. Los clientes escasean en los pequeños negocios. Circulan más motos que automóviles y encontrar un taxi puede resultar difícil.

DECISIÓN. Los militares se encuentran en la zona desde el fin de semana y conviven con la ciudadanía.
DECISIÓN. Los militares se encuentran en la zona desde el fin de semana y conviven con la ciudadanía.

Muchas personas acuden cada domingo a las iglesias de pueblos pequeños, como San Lorenzo, pero ayer el ambiente fue distinto, pues no solo que las puertas del templo estaban cerradas, sino que ahora sirve como un albergue.

Junto al templo hay aulas, que servían para dar clases de catecismo pero que por ahora se han convertido en el refugio temporal de 21 familias cuyas viviendas, en su mayoría compuestas de madera y hormigón, quedaron reducidas a escombros por la explosión.

1.000
uniformados refuerzan la seguridad en la zona.
Allí hay 80 personas, entre ellas hay 30 niños menores de 12 años, a quienes brigadistas de varias instituciones del Estado tratan de entretener con actividades lúdicas, como dibujo y pintura.

Las primeras artes de los pequeños decoran la pared. Allí también están dos adultos mayores y varios de los 28 heridos leves que se recuperan. Otros 50 afectados están en casas ‘acogientes’ o de sus familiares.

Para las tareas de limpieza o para preparar los alimentos han decidido dividirse por grupos. Mientras trataba de consolar a uno de sus tres hijos, Jéssica Caicedo contaba que en la cena o el desayuno todo puede faltar menos los patacones.

Sandra Vernaza, quien lidera un grupo de 12 personas, indicó que para descansar solo tienen unas colchonetas, que no les falta ni alimentos ni el agua ni la electricidad, pero que no tienen ropa para cambiarse.

Acciones

Los ministros del Interior, César Navas; de Defensa, Patricio Zambrano, y el fiscal general, Carlos Baca Mancheno, llegaron al mediodía de ayer para hacer una nueva evaluación de los daños, después de un viaje que por vía aérea toma alrededor de una hora desde Quito.

Mancheno aseguró que, para dar con los responsables, pedirá la cooperación de las autoridades de Colombia y de los organismos de Estados Unidos que se especializan en el combate al narcotráfico. «No podemos permitir que algo semejante vuelva a suceder», dijo antes de recorrer el ‘escenario’, donde han sido colocadas unas estacas de unos 10 centímetros con banderines que identifican los restos de los posibles explosivos que fueron utilizados.

Todavía no hay detenidos, pero las autoridades presumen que detrás de esta acción están grupos del crimen organizado.

Navas informó que con más de 1.000 uniformados, entre policías y militares de grupos de élite, se reforzó desde ayer la seguridad en San Lorenzo, donde viven unas 47.000 personas.

CONTRASTE. El armario de una de las casas afectadas, permite una visión directa del destacamento destruido.
CONTRASTE. El armario de una de las casas afectadas, permite una visión directa del destacamento destruido.

Hay que combatir y exterminar cualquier célula del crimen organizado. Vamos a consolidar un territorio de paz, no nos vamos a amedrentar”. César Navas, Ministro del Interior.
El funcionario dispuso a los uniformados, que llegaron de otros destacamentos de Imbabura y Esmeraldas, «combatir y exterminar cualquier célula del crimen organizado». «Vamos a consolidar un territorio de paz, no nos vamos a amedrentar», les dijo Navas durante un acto en el Batallón de Infantería No. 11. (RVD)

Mi opinión: en 60 segundos
Lautaro Ojeda, académico y experto en seguridad

‘No hay que tomarlo como hecho aislado’

A lo que ha ocurrido no hay que tomarlo como un hecho aislado. En primer lugar, se debe hacer un muy buen diagnóstico, multidimensional, que no solamente se concentre en la zona.

El Presidente ha decretado un Estado de Excepción, eso está bien. Pero, cuidado que el asunto va mucho más allá que esos dos cantones. Sin un diagnóstico profundo es muy difícil que se puedan adoptar medidas de corto y mediano plazo.

En segundo lugar, hay que profundizar y darle mayor importancia a la inteligencia militar y policial; estamos hablando de información estratégica para decisiones. Por parte de la Secretaría Nacional de Inteligencia no se ha visto realmente una perspectiva que no sea una inteligencia empleada para perseguir políticamente y eso no puede continuar.