Defensores de los emigrantes contra

Caracas

Defensores de los derechos de emigrantes dijeron hoy en el VI Foro Social Mundial que el llamado «muro de la vergüenza» que EEUU quiere levantar en su frontera con México intenta ocultar el abaratamiento de mano de obra ilegal en ese país.

Asociaciones sociales participantes en los debates sobre emigración del Foro coincidieron en señalar a EFE que los planes de Washington para contener la inmigración ilegal persiguen en realidad menoscabar los derechos de los trabajadores indocumentados latinos que residen en los Estados Unidos.

«Es indignante que EEUU busque su desarrollo pisoteando aún más la dignidad de los pobres de los países subdesarrollados, aunque también en éstos se están endureciendo las políticas migratorias», dijo a EFE el dominicano José Núñez, del Servicio Jesuita a Migrantes y Refugiados para América Latina y el Caribe.

Aunque todavía debe ser analizado por el Senado, el proyecto de ley aprobado el 16 de diciembre por la Cámara de Representantes de EEUU, que prevé la construcción del muro, también convierte en criminales a los inmigrantes indocumentados y a quienes los ayuden.

Así mismo elimina lotería anual de visados y permite a la policía local en cada estado -en particular en 29 condados de la franja fronteriza con México- hacer las veces de agentes de inmigración para arrestar a inmigrantes clandestinos.

En opinión de Nuñez, las actuales políticas restrictivas a la emigración responden a que el capitalismo, por medio de los tratados de libre comercio y la globalización, «urge de mano de obra barata que no reclame ningún derecho».

Como ejemplo de esta política migratoria en perjuicio de los trabajadores ilegales, se refirió a que las autoridades de Atlanta (EEUU) «admitieron que un tercio del avance de sus obras de construcción fue levantada con mano de obra indocumentada».

También criticó que en su país se siga este ejemplo y denunció que la cancillería de la República Dominicana haya construido su oficina de Migración «con mano de obra indocumentada haitiana».

«Estados Unidos pide que no nos inmiscuyamos en sus asuntos y alega que cuida su seguridad, pero presiona e incentiva a otros a adoptar sus políticas migratorias de negación de derechos», agregó.

Según los organizadores del FSM que se celebra en Venezuela, en los debates sobre emigración se «denunciará e identificará esta doble moral, con el fin de elaborar propuestas comunes de lucha contra este nuevo tipo de generación de pobreza».

El chileno Diego Carrasco, presidente del Observatorio Interamericano de los Derechos de los Migrantes, dijo a EFE que México también ha levantado un muro en su frontera con Guatemala, «donde incluso -aseguró- hay más vulneración de derechos humanos».

«El endurecimiento estadounidense ha generado endurecimientos migratorios también en la frontera con Guatemala y lo mismo en otros puntos álgidos de la región: las fronteras de Colombia con Ecuador, Venezuela, Panamá y Brasil; la de Haití con República Dominicana; la de Brasil con Paraguay y Argentina, y la de Chile con Bolivia y Perú», insistió el activista chileno.

Las organizaciones de defensa de derechos de los inmigrantes y de derechos humanos en general presentes en el FSM acordarán en Caracas, reveló Carrasco, que en el tema de la integración regional, la sociedad civil tenga como eje de su movilización la denuncia de «todos estos muros».

Carrasco opinó que con la llegada a la presidencia de Chile de Michelle Bachelet y de Evo Morales a la de Bolivia, y pese a las convicciones socialistas de ambos, puede darse una adicional tensión migratoria regional, «debido a que representan dos modelos de cómo abordar el desarrollo económico, que son contrapuestos».

EFE