La Ronda es el territorio natural para la ingesta y disfrute de este néctar caliente típico de estas fechas.
No están claros los orígenes del canelazo. Algunos lo ubican en la época colonial, bebida de las clases más populares, se elaboraba con licor, azúcar, agua y, por supuesto, flor de canela, de ahí su nombre, por entonces se llamaba ‘agua gloriada’ o ‘agüita de azúcar’. Otros lo ubican a finales del XIX, cuando artistas, políticos y bohemios se daban cita en La Ronda. Ya más recientemente sabemos que a partir de los años 60, cuando se institucionalizan las Fiestas de Quito, el canelazo se populariza en todos los estratos sociales.
Lo cierto es que actualmente esta bebida caliente y revitalizante forma parte de los festejos quiteños, su aroma y su temperatura son el remedio perfecto para las frías noches de la capital, cuando se visitan los conciertos y eventos culturales que se celebran a diario. La Ronda es el lugar más evocador para tomarla, ahí es fácil trasladarse en el tiempo y reencontrarse con el aroma de las tradiciones. (MAP)
El Murcielagario, sabor, tradición
y bohemia desde el siglo XIX
La Casa del Murcielagario es un lugar muy especial. En esta centenaria casa se reunían a finales del siglo XIX políticos y artistas que confabulaban contra el Gobierno de García Moreno, era un territorio de liberales. En esa época vivía ‘La Negra Mala’ (de la que hoy toma su nombre el restaurante), una hermosa mujer de pelo trigueño a quien muchos le dedicaron versos y canciones. El músico Sergio Mejía se inspiró en ella para su canción ‘La Negra Mala’. Ahí se puede deleitar un excelente canelazo preparado con caña manabita, “siempre con el registro sanitario”, comenta Marco Cerpa, su propietario.
FICHA: Edificio Murcielagario, cerca del arco de entrada a La Ronda. Abre todos los días de 12:00 a 23:00.
La receta del
‘Chulla quiteño’
El canelazo del Chulla quiteño corresponde a la receta que desde hace más de 40 años prepara la señora Olga Hidalgo, propietaria del local. “Las proporciones son muy importantes y, claro, además de los ingredientes tradicionales hay que darle el toque especial”, comenta sonriente.
Lo que hacen es hervir la pulpa de la naranjilla (siempre sin pepita), añadirle azúcar, canela, lima, todo hervido en agua por media hora. En su local se sirve con Pájaro Azul, siempre con su registro sanitario.
FICHA:
El Chulla quiteño está ubicado a 20 metros del arco de La Ronda, abren a diario de 14:00 a 22:00.
Leña Quiteña, un balcón perfecto para serenatas
Seguro que muchas historias de amor se forjaron en el balcón del restaurante Leña Quiteña. También en el corazón de La Ronda.
Su mirador es un lugar perfecto para disfrutar de uno de sus maravillosos canelazos, hechos con cariño y buen hacer. También ahí apuestan por la caña manabita, siempre con su registro sanitario, según explica Rubén Moreno. Aquí tan solo preparan el tradicional –nada de mora o maracuyá-, siempre con productos de primera calidad.
FICHA:
El restaurante se encuntra en la intersección de las calles Guayaquil y Morales. Atiende de lunes a domingo de 12:00 a 00:00.
Un brindis de ‘Leyenda’ con canelazos
La Leyenda es un restaurante donde escuchar música en directo, se caracteriza por su buen ambiente, es un local frecuentado por personas jóvenes y su canelazo es bien conocido. Lo hacen con productos de primera calidad. “La naranjilla no debe estar ni muy verde ni muy madura, el punto de maduración es muy importante”, comenta Diego Roda, administrador del local. También recuerda que es muy importante producirlo a diario y no recalentarlo mucho, para que así no pierda su aroma esencial.
FICHA: Está en Morales OE135 y Guayaquil. Abre todos los días a partir de las 12:00.
La zona de bares de Guápulo es otro escenario donde tomar todo el año canelazos. Locales como el Ananke o el Palo Santo ofrecen tanto el tradicional o la versión con maracuyá en un idílico entorno y con unas vistas que quitan la respiración.