‘Cantina’, una propuesta interdisciplinaria del Círculo Artes Escénicas

PERSONAJE. Matías Belmar es actor y director pedagógico en el Círculo Artes Escénicas.
PERSONAJE. Matías Belmar es actor y director pedagógico en el Círculo Artes Escénicas.

La música del recuerdo, las riñas, las bromas y las carcajadas que se desatan con el exceso de alcohol, baile, camaradería y gracia de lo inesperado se reúnen en la ‘Cantina’, una obra de circo contemporáneo que tiene cautivado al público nacional.

El Círculo Artes Escénicas (CAE) la estrenó en 2017, siendo su primera producción pensada exclusivamente para público adulto. ‘Cantina’ alcanzó gran éxito en su gira por los teatros de Quito y Guayaquil. Allí donde no se abrieron espacios, la obra viajó al resguardo de la carpa de circo ‘La Insensata’, llegando a nuevos públicos con un show que revive la esencia circense.

El Teatro Variedades Ernesto Albán es escenario de las únicas presentaciones de ‘Cantina’ en la capital, en su temporada 2019. La obra se presentará hoy y mañana, a las 19:30.

Transgredir y transformar
La obra se construye alrededor del imaginario que la conciencia popular ha creado alrededor de este espacio, con guiños a las particularidades que dan identidad a las cantinas de toda América, desde la estética del ‘western’ estadounidense, pasando por la figura del ‘macho’ con su grueso bigote mexicano, hasta la música del recuerdo que acompaña la borrachera en los países andinos.

“Es un espacio súper transgresor”, dice Matías Belmar, director de CAE y co-director de la obra. Sin tapujos, la marginalidad y lo viciado de la cantina también quedan al descubierto en la puesta en escena, como, por ejemplo, la misoginia que se vive y normaliza en esos ambientes. “Yo no apoyo eso, no me gusta esa sociedad, pero ponerla en escena me entretiene un montón”, añade Belmar, quien además es parte del elenco.

TOME NOTA
La entrada cuesta 12 dólares. El reto para los artistas está en la interdisciplinariedad de la obra, que conjuga actuación, música, acrobacia y demás aptitudes escénicas. “Todos tenemos nuestra especialidad, pero queremos salir de ese espacio. No todos asumen ese riesgo, se necesita una personalidad muy particular”, comenta el director, que trabajó con su hermano Sebastián Belmar –doctor en Dramaturgia del Circo Contemporáneo– en el concepto polivalente de ‘Cantina’.

Cada nueva temporada, un artista invitado se suma a los seis actores que participan en el espectáculo. En esta oportunidad, el mago Rulo Adatti se enfrentó a la tarea de salir de su zona de confort e integrarse a otras artes. Con la incorporación de la magia, Belmar siente que ‘Cantina’ logra conformarse como un show de circo contemporáneo, en toda su variedad de elementos.

Con una propuesta fuera de lo común, el colectivo busca superar la “crisis de audiencia” que vive el teatro nacional. “Ecuador se ha destacado en su música y en su plástica desde siempre; en el teatro, no”, dice Belmar. Como melómano, el artista buscó canalizar el atractivo de la movida musical que se ha generado en el país hacia la puesta en escena.

“A través de ‘Cantina’, quisimos vehicular las emociones a través de la música. Eso nos exigió hacer un musical, una banda en vivo”. Con esta apuesta, la obra logró calar en públicos con amplias diferencias generacionales.

80 jabas y Julio Jaramillo
La escenografía de ‘Cantina’ en poesía pura. Los espacios donde transcurren las escenas se construyen con nada menos que 80 jabas de cerveza, símbolo universal de la cantina. Más que utilería, Belmar considera a las jabas un “elemento escénico”, que pasa a conformar la historia como la música y los cuerpos.

EL DATO
La próxima semana, la obra se presentará en el marco del Festival Internacional Portoviejo Vive Teatro. ‘Cantina’ conmueve al espectador, porque lo lleva de vuelta al pasado. Además de la algarabía y el baile que brota con el son de una cumbia o una ranchera, la memoria de lo nuestro revive con los pasillos inspirados en la poesía única de Medardo Ángel Silva, en la voz del ‘Ruiseñor de América’.

La obra se alza como un homenaje al Guayaquil de los años 70, convulsionado por la muerte de Julio Jaramillo; el dolor de un pueblo vuelve a sentirse al escuchar los versos que le dedicó Fernando Artieda en homenaje póstumo.

Así, la ‘Cantina’ se vuelve escenario de alegrías y penas, donde la diversidad del arte es el lenguaje que conecta al público con el espectáculo. (AA)

FRASE

La emoción y la música ahora están sintonizados al ‘pub’, al bar, que no tienen la energía de la cantina”. Matías Belmar, actor y director.