Rocío Silva
Llama mucho la atención, las significaciones que alcanzan para María Fernanda Espinosa, en su condición de Canciller, los términos mediación y salida. Parece que no le son muy efectivas desde hace algún tiempo ya, las en otrora fulgurantes y forzadas metáforas.
Parecía que se percató de la realidad, de la ineficacia de sus tropos y retruécanos, y se decidió por la construcción de un personaje bufonesco, al que puso como misión divertir a reyes y cortesanos con frases chuscas y gestos de burla. Total, hace mucho rato que se fue legitimando un espíritu bufonesco, como en las sumisas ovejunas, se saben hijas predilectas del poder, viven del mismo, en una forma que ni siquiera llegaron a imaginar, por tanto no les acusa ningún inconveniente que ese poder sea injusto o arbitrario.
Se la ha escuchado, hablar en primera persona del plural (lo cual significa que habla a nombre de todos los ecuatorianos), sobre la absoluta convicción que los países miembros del Alba-TCP son el camino efectivo del diálogo, que cuando se trata de crisis económicas tan fuertes como la de Venezuela, es porque en esos gobiernos se hace efectivo el derecho de la autodeterminación de los pueblos, así que no importa la violencia ni el hambre. En cada rueda de prensa, toma aire y se enarbola a las cúspides más altas para eludir las preguntas más comprometedoras. Desde ahí, desde lo alto, menosprecia cualquier pregunta, como rumor, como producto de redes sociales, como caso cerrado, como momento adverso, y siempre promete revisar aquello que niega.
Ha alcanzado un nivel tan elevado en su condición, que nada le inmuta, ni siquiera la nómina oficial, donde está autorizado el cargo diplomático para un hijo de Alvarado, los audios de voz de su esposo Mangas, el número de cédula ecuatoriana de Julian Assange, la respuesta negativa de Inglaterra ante el pedido de que el mismo sea aceptado como parte del cuerpo diplomático ecuatoriano… ¡bufonesco!
¿Cuáles son las presiones que se ejercen sobre la Canciller? ¿Quiénes están atrás de la cédula otorgada? ¿Qué se pretendía con la nominación diplomática de Assange en Inglaterra?