Oxfam cree que ‘crisis de desigualdad’ seguirá si se mantienen paraísos fiscales

Acto. El encuentro ‘Crisis ecológica y conflictos geopolíticos por un planeta sostenible’ se realizó en Quito.
Acto. El encuentro ‘Crisis ecológica y conflictos geopolíticos por un planeta sostenible’ se realizó en Quito.

Redacción QUITO

EFE

La directora de Justicia Fiscal de Oxfam Internacional, Susana Ruiz, consideró ayer, en Quito, que si se mantienen los paraísos fiscales, será “muy difícil” poner fin a la “crisis de desigualdad” que se vive en el mundo en estos momentos.

“Sin acabar con los paraísos fiscales, será muy difícil poner fin a la crisis de desigualdad que tenemos en estos momentos”, dijo durante el acto ‘Crisis ecológica y conflictos geopolíticos por un planeta sostenible’.

La responsable de esa confederación internacional de 17 ONG que trabajan en labores humanitarias en más de 90 países en todo el mundo, calificó de “fundamental” el papel de Ecuador en la lucha contra los paraísos fiscales que, dijo, puede ir “formando un efecto de contagio” sobre otras naciones del sur para combatir la evasión.

Ruiz animó a Ecuador a continuar impulsando la lucha contra los paraísos fiscales más allá de que concluya su presidencia del G77+China.

De acuerdo con estudios de esta ONG, ocho personas concentran tanta riqueza como la mitad más pobre del planeta, una desigualdad y “súper concentración” de la riqueza en la que tiene que ver “el papel tan activo de los paraísos fiscales”, señaló.

Para acabar con el fenómeno, indicó, se requiere un nuevo marco de gobernanza internacional, donde es “clave”, lo que se pueda hacer desde el G77+China.

La canciller María Fernanda Espinosa, de su parte, dijo que los paraísos fiscales no son “éticos” y suponen una afrenta a los pobres y a las clases medias de las naciones.

De acuerdo con datos de la Comisión Económica para América Latina y El Caribe (Cepal), en 2015, los países de la región perdieron alrededor de 340.000 millones de dólares, es decir, cerca del 7% del PIB por la evasión de impuestos.
Eso “implica una pérdida de recursos que duplica con creces el valor total de los gastos de capital de los gobiernos centrales de América Latina, que son de alrededor de 150.000 millones de dólares por año”, señaló.