Mi homenaje a los próceres de la Independencia

POR: Laura Benítez Cisneros

Rindo mi homenaje de gloria, a aquellos 154 hombres y mujeres que nos dieron la libertad, como Juan de Dios Morales Leonín de Estrada, Juan Manuel Rodríguez de Quiroga, Juan Pío Montúfar y Larrea (II Márquez de Selva Alegre), Juan Salinas y Zenitagoya, Dr. Antonio Ante López, Francisco Javier Ascázubi, Juan Pablo Arenas Lavayen, José Luis Riofrío, Nicolás de la Peña Maldonado, Pedro Montúfar Larrea, Luis Saa, José de Cuero y Caicedo, Manuel Larrea y Jijón, Manuela Cañizares, José Manuel Matheu y Aranda, y otros próceres que dieron su vida por la libertad de nuestra Independencia.

Según nuestra historia, el Primer Grito de la Independencia inicia el 9 de Agosto de 1809. En este día, en casa de doña Manuela Cañizares, que se encontraba ubicada junto a la Iglesia del Sagrario en la ciudad de Quito, un grupo de intelectuales hombres, entre ellos marqueses, doctores y criollos se reunieron para determinar una estrategia que nos libre del yugo español. Cuentan algunos historiadores que esa noche una voz femenina, la de doña Manuela Cañizares, los regañó diciéndoles: “¡Cobardes… hombres nacidos para la servidumbre! ¿De qué tenéis miedo? No hay tiempo que perder”. Y se procedió a elegir como Presidente de la Junta Soberana de Quito, a don Juan Pío Montúfar, marqués de Selva Alegre; Vicepresidente, Obispo Cuero y Caicedo; Secretario de Gracia y Justicia, Dr. Manuel Quiroga; Secretario de lo Interior, Dr. Juan de Dios Morales; Secretario de Hacienda don Juan Larrea y Secretario General Dr. Antonio Ante López.

Relatan que al amanecer el 10 de Agosto de 1809, el Dr. Antonio Ante López llevó un oficio al señor Manuel Urriez, Conde Ruiz de Castilla, Presidente de la Real Audiencia de Quito.

El centinela de turno impidió que pase, porque era muy temprano y le recibió el oficio que entre otras cosas se le comunicaba, que por voluntad de la Junta Soberana el Conde desde ese momento dejaba de ser Presidente de la Real Audiencia, y además que los miembros del antiguo Gobierno cesaban en sus funciones. Transcurrieron las horas y el pueblo reunido en la Plaza Mayor daba el Primer Grito de la Independencia Hispanoamericana, que estuvo acompañado de petardos, salvas de artillería y de campanadas tocadas a vuelo. Por esta hazaña libertaria Chile llamó a Quito Luz de América