Responsabilidad y culpa


Manuel Castro M.

El pueblo cree que nunca puede perder en un cambio, sin embargo hemos visto en América Latina y en concreto en el Ecuador que el cambio ofrecido por el socialismo del siglo XXI lo único que ha producido es decepciones, es decir se ha repetido la historia de siempre. Es de responsabilidad de los gobernantes ser transparentes, honestos y eficientes, pero también hay culpa individual y responsabilidad colectiva.
Trump se ha rodeado de la ultraderecha racista, xenófoba, nacionalista, sin embargo en un país democrático como los Estados Unidos ha aumentado el apoyo a Trump, ya sea por contemporizar con el triunfador o porque se cree que el hombre cambiará. Sucedió con el ascenso de Hitler, “ya pasará” dijo el mundo y él fue ocasión de la Segunda Guerra Mundial.
Se dijo: “Ya Fidel pasará” y han transcurrido cincuenta años y se mantiene la dictadura No hay que recurrir a la violencia que engendra violencia, pero como dice un refrán: “Al tren hay que matarle cuando es plancha”, esto es, el pueblo y los políticos deben parar desde el primer día a esos gobernantes.
Por diez años nos hemos quejado de un gobierno casi totalitario, del dispendio de los fondos públicos, de las sabatinas, del odio entre ecuatorianos, de los atentados contra las libertades y de la intromisión en la justicia, pero cuando llegan las elecciones no hay unión de la oposición y hasta puede continuar el mismo sistema político que radicalizará la crisis.
Ante ese posible devenir también es responsabilidad del pueblo evitarlo, dejando por principio su relación servil con el Estado, que solo ha producido decepciones. Las desgracias se las presiente desde el primer día, pero un voto bien dado es una certeza de que el futuro es del pueblo, no de dictadores, emperadores o reyezuelos.


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