Encuestas y premoniciones

Manuel Castro M.

Las encuestas últimas en el mundo no aciertan. Las causas varias: son dirigidas algunas, en otras la gente no expresa o se niega a dar su opinión. Han fallado en Inglaterra en lo del Brexit, en Colombia en el acuerdo con las FARC, en la elección presidencial en los Estados Unidos no acertaron. En Ecuador parece que en vez de las encuestas se ha recurrido curiosamente en creer en el más allá.


Tres chamanes han comunicado que la decisión de los dioses es apoyar a Lasso, pues seguramente no estaban enterados de que Guillermo es del Opus Dei. El padre Graziano Masón, quien habría pronosticado que Correa sería presidente, participó en la bienvenida a Lenin Moreno, tal vez olvidando que el Concordato le prohíbe el proselitismo político. De todas formas ha fungido de chamán católico y de entusiasta miembro de la revolución ciudadana.


Más que una profecía o premonición lo aseverado -de que todo poder es temporal, sin crímenes de por medio- es un conocimiento de la historia, de algo que veremos o no veremos mientras vivamos pero esperemos que sucederá. Como concluye Jorge Luis Borges un poema: “Acaso lo que digo no es verdadero, ojalá sea profético”.


En los últimos tiempos hemos visto que Maduro es un ‘pajarito’ que ya no puede volar. Los Kirchner han desaparecido del mapa político. Dilma ha sido apartada del poder. Ortega, reelegido abusivamente, durará poco, porque el miedo pronto desaparecerá. Castro es un espectro en una Cuba desesperada. Correa realiza su retiro, queriendo no dejar un sucesor sino un continuador, a pesar de que hay una mayoría de oposición.


De repente hay que soñar que el inevitable cambio se dé pronto. Soñar es “el camino más directo a la realidad”, decía el gran siquíatra vienés Freud, quien no fue chamán de ninguna religión.


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