Haití, un país que arrastra problemas desde hace 217 años

DOLOR. Un grupo de personas conversa frente a un mural con la imagen del asesinado presidente Jovenel Moise.
DOLOR. Un grupo de personas conversa frente a un mural con la imagen del asesinado presidente Jovenel Moise.

El asesinato del presidente Jovenel Moise es el último de una serie de infortunios del país caribeño desde su independencia.

Redacción PUERTO PRÍNCIPE

El asesinato del presidente Jovenel Moise, este 7 de julio en su residencia, muestra la inestabilidad que vive el primer país de la región en independizarse (1804).

Se atribuye al costo en infraestructura y vidas que dejó la lucha independentista como el germen de los problemas del país. En el primer caso, la emancipación acarreó la destrucción de la economía agroexportadora que sostenía a la entonces colonia.

Por otro lado, según estudios, la lucha de 12 años dejó a solo 170 mil esclavos africanos (de 425 mil registrados al inicio del proceso) en condiciones de trabajar.

Y lo principal, la indemnización de $21.000 millones actuales fijada por Francia para reconocer la independencia haitiana fue un lastre que la nueva nación arrastró y que solo terminó de pagar en 1947.

Estas situaciones en conjunto, opinan los académicos y analistas, arrastraron al país a un permanente estado de efervescencia, que ha creado una situación de pobreza y retraso.

Una situación explosiva

En primer término, tomando como base cualquier tipo de medición, Haití es el país más pobre de América. De acuerdo con mediciones internacionales, aunque en la última década el Producto Interno Bruto (PIB) per cápita ha mejorado ligeramente, pasando de $662 a $765, el porcentaje de la población que vive con menos de dos dólares al día sigue por encima del 60%.

La ONU estima que casi 4 millones de haitianos, entre una población de cerca de 11,5 millones, padece inseguridad alimentaria. Y un quinto de la población, cerca de dos millones de personas, se ha visto forzado a emigrar.

Hace 11 años, Haití sufrió un terremoto de 7 grados. El movimiento y sus dos réplicas mayores dejaron 316.000 muertos, 350.000 heridos y miles de casas desplomadas.

A pesar de la fuerza del sismo, el nivel de destrucción se explica solamente por la debilidad institucional que permite la informalidad casi general en las construcciones tanto a nivel privado (casas) como estatal (infraestructura).

En tanto, la inseguridad se ha instalado en Haití. Numerosas bandas armadas han proliferado por las calles. Solo en junio pasado, más de 150 personas fueron asesinadas y otras 200 secuestradas en Puerto Príncipe. Las fuerzas de seguridad parecen desbordadas.

A lo anterior se suma una permanente inestabilidad política. Basta decir que es el único país de América que ha tenido más de 20 gobiernos en 35 años. EFE