Chile prevé que la extinción total de los incendios no se logre hasta marzo

Bomberos intentan apagar un incendio en Ercilla, región de la Araucanía (Chile). EFE

Los flagelos se concentran en las regiones de Ñuble, Biobío, La Araucanía y Maule, donde han causado la muerte de al menos 24 personas y arrasado más de 1.250 viviendas.

SANTIAGO DE CHILE.  La ministra portavoz del Gobierno de Chile, Camila Vallejo, vaticinó este 10 de febrero de 2023 que la «extinción total» de los devastadores incendios que sacuden el centro sur de Chile desde hace una semana, y que han quemado cerca de 360.000 hectáreas, no se logrará antes de la primera quincena de marzo.

«Los incendios pueden estar controlados, pero no extintos. (…) Lo importante ahora es disponer de todas las capacidades para lograr controlar los incendios, que no se sigan expandiendo, y luego viene el proceso de extinción para que no se reactiven», expresó la portavoz del ejecutivo chileno ante los medios.

Vallejo aseguró que, más allá del combate directo del fuego, «lo importante es que no se generen nuevos incendios», ya que, además del centro sur del país que se ha visto afectado por las llamas, las regiones del centro están en alerta máxima por la potencialidad de grandes incendios forestales.

La ministra hizo un llamado a la ciudadanía para no hacer ninguna acción que pueda generar nuevos focos: «El cambio climático genera condiciones propicias para que un incendio se expanda, pero el origen principal de los fuegos es, lamentablemente, la acción humana», remarcó.

Los incendios, que cumplen una semana y todavía no han sido controlados, han causado ya la muerte de 24 personas, arrasado más de 1.250 viviendas y causado más de 5.500 damnificados en las regiones de Ñuble, Biobío, La Araucanía y Maule.

La falta de medios -en Chile el cuerpo de bomberos no es profesional-, la mala gestión de los bosques y las adversas condiciones climáticas han acelerado la tragedia, la más grave de esta naturaleza en el país.

Cambio en industria forestal

El presidente chileno, Gabriel Boric, por su parte, reclamó abrir el debate para una nueva regulación de la industria forestal y crear un nuevo modelo más resiliente ante el cambio climático, una vez se extingan los incendios.

«Hay que plantear una discusión de más largo plazo con el tema de la industria forestal, de una regulación distinta. Hoy día, estamos abocados juntos, sector público y el privado, a combatir la emergencia, pero en el futuro tiene que haber una regulación para establecer todas las prevenciones contra nuevos fuegos», expresó el presidente desde la región del Ñuble, epicentro de los incendios.

Boric remarcó que las condiciones climáticas en Chile serán cada vez más adversas, pero que el país «debe hacer todo lo que en sus manos para prevenir y reducir el riesgo de grandes incendios», con la colaboración conjunta entre el sector público y el privado.

Las regiones afectadas por los virulentos incendios en la última semana concentran una intensa industria forestal con extensas plantaciones de pinos y eucaliptos que, según varios expertos, tienen una alta potencialidad de desarrollar grandes incendios, sumando otros factores como la sequía y las altas temperaturas.

Un modelo más resiliente al cambio climático, según esos expertos, pasaría por diversificar el actual paisaje homogéneo, alternando plantaciones, bosques nativos, quebradas húmedas y terrenos de uso agrícola, para que, si surge un incendio, los fuegos tengan barreras naturales que paren su expansión.

Ayuda a damnificados

El presidente chileno también anunció que este mismo febrero el Gobierno iniciará la preparación de viviendas de emergencia para las familias que se han quedado sin casas a causa de los incendios, que son más de 1.250 inmuebles.

En el caso de la comuna de Quillón, desde donde Boric hizo sus declaraciones este 10 de febrero, la administración ha catastrado ya más de un 80% de las viviendas afectadas por el fuego, para adjudicar lo antes posible las casas de emergencia para substituirlas provisionalmente.

Boric detalló que las viviendas de emergencia son parte de un plan de recuperación más amplio que contiene, entre otras acciones, un bono de recuperación de 1,5 millones de pesos (unos 1.878 dólares) para las familias más golpeadas por los fuegos, o apoyos para la recuperación del empleo. EFE