‘‘Por las drogas me prostituía a cambio de dos latas’’

J DROGAS 2
PROCESO. Terapias conductuales ayudaron a ‘Pedro' a dejar la adicción a las drogas.

Para conseguir una funda de ‘letra’, ‘Pedro’ robó, mintió y tenía relaciones sexuales con gays.

Las consecuencias que consigo trae el consumo de alcohol y/o drogas son fatales tanto física como mentalmente.

‘Pedro’ tiene 22 años de edad, es soltero y sin hijos. Conoce a la perfección el arte de la ebanistería, pero debido a que empezó a consumir drogas poco a poco dejó de ejercer su profesión.

Vive en el recinto La Guayaquil, en el cantón Balzar, hasta donde llegó desde Buena Fe hace algo más de 15 años; hijo de agricultores, empezó a trabajar junto a ellos en las diversas labores campesinas.

Su infancia fue normal, asistía a la escuela, jugaba con sus primos y vecinos en una olvidada cancha de tierra y empezó a ir a la catequesis.

Todo iba bien hasta que fue inscrito en un colegio fiscal en la cabecera cantonal, sitio al que viajaba todos los días y socializó con nuevas amistades.

Tenía 18 años y estaba para graduarse cuando todo cambió. Recuerda que un viernes retornaba a su casa cuando un compañero le propuso que se quedaran en el recinto San Vicente para ir a ‘hacer una vuelta’.

Él accedió pero no fue para algo bueno, pues su ‘amigo’ le propuso ir a comprar una funda de ‘letra’ (así se le llama a la heroína) y según él, le pudo más la curiosidad que cualquier otra cosa.

Después de casi una hora de viaje en moto regresaron con el ‘material’ y siguieron su trayecto a La Guayaquil, allí pasaron hasta la casa de un amigo y accedió a consumir por primera vez.

Y así fue como a poco se sumergió en el mundo de las drogas, fue tal la desesperación por conseguir dinero que empezó a robar para conseguir dinero y comprar la  ‘letra’.

Primero empezó llevándose las cosas de su propia casa, se descontroló tanto que cuando llegaba sus padres  y hermanos ocultaban celulares y documentos, por último ya no lo dejaban ingresar.

Luego ‘visitaba’ a sus vecinos, de sus casas por ‘arte de magia’ se desaparecían bombas de agua, gallinas, sillas y más artículos por los cuales le pagaban como máximo ‘cinco latas’.

Su cuerpo a cambio de ‘dos latas’

Pero lo peor estaba por llegar (al menos así lo considera) ya no tenía qué ni a quién robar, fue entonces que por sugerencia de un amigo fueron a la casa de ‘Samy’, (nombre protegido) un chico gay propietario de un gabinete.

Después de cruzar un par de palabras, ‘Pedro’ tuvo su primera relación sexual con otra persona de su mismo sexo, a cambio de ‘dos latas’.

‘‘Ya se me hizo costumbre y no solo con él, sino también con otras amigas o amigos, creo que hasta lo disfrutaba o capaz que porque siempre andaba drogado lo sentía así, ahora me arrepiento de todo’’, comenta.

Cansados de verlo bajo los efectos de esta sustancia, sus padres decidieron por internarlo en una clínica de rehabilitación para alcohol y drogas en El Empalme (Guayas).

Recuerda que la primera semana fue fatal ya que el ‘mono’ (llamado así al proceso de desintoxicación que va acompañado de dolor en las articulaciones, vértigo, falta de apetito, entre otras dolencias físicas) ‘le hizo ver estrellas’.

Para calmar los tan temidos dolores consumía entre tres y cuatro pastillas a diario, pero con el pasar de los días las molestias fueron cediendo e ingresó a la Sala de Terapia.

Allí aprendió pasos y tradiciones, participó de relatos y vivencias personales y ‘sacó a flor’ sus secretos más oscuros.

A los tres meses recibió su primera visita, quiso irse pero no lo permitieron. Después de un par de meses culminó su tratamiento y ahora retomó sus estudios.

Para evitar una recaída, sus padres hablaron con el Director del centro de tratamiento y acordaron que ‘Pedro’ siga en el mismo lugar, apoyando en lo que más puede.

Dos o tres veces por semana ayuda a un maestro ebanista y con lo que gana tiene para costear sus pasajes, estudios y uno que otro gasto con la ‘pelada’.

‘‘Volví a vivir, me arrepiento una y mil veces de todo lo que hice, cada día rezo para no volver a caer en lo mismo, claro que me avergüenzo pero hay que seguir, claro que deseo tener mujer e hijos, pero estoy priorizando lo que quiero en la vida para no caer otra vez en ese oscuro vacío’’, finaliza. (JO)

Ahora ‘Pedro’ es un ejemplo en su comunidad, se prepara para dar clases de catecismo.