Los livianos vehículos pueden maniobrarse con mayor facilidad a la hora de escapar.
La motocicleta se ha vuelto el medio de transporte más utilizado para el cometimiento de algún delito. Esto, debido a su fácil manejo, las maniobras que se pueden realizar a la hora de escapar y por las altas velocidades a las que puede someterse.
Para esto último, sus conductores realizan ciertos cambios en los livianos vehículos con la finalidad de excederse en rapidez e incluso sobrepasar los límites establecidos.
En ciudades como Quevedo, Babahoyo, Santo Domingo, Manta y Guayaquil se aprobaron ordenanzas con la que se prohíbe que dos hombres se movilicen en motos, pero al parecer los resultados no han sido del todo favorables.
Marco Montalvo, de profesión mecánico residente en Babahoyo, señaló que a su taller ubicado en la parroquia El Salto, cada semana llegan entre tres o cuatro personas que quieren hacer de sus motocicletas un “avión”.
Para aquello, se realizan ciertas modificaciones como por ejemplo aumentar la presión en las llantas, dejar un alto flujo en el filtro de aire, modificar la inyección de gasolina y cambios de escape y en la entrada de gasolina.
“Lo más importante es el cambio de aceite con mayor frecuencia, si lo dejan (el aceite) mucho tiempo se quema y la moto se vuelve más pesada”, comentó el artesano.
Por su parte, Luis Endara, también mecánico, señaló que las motos no solo se ‘preparan’ para robos, asaltos y/o asesinatos, si no para utilizarlas en carreras clandestinas.
“Ahora por el invierno no se hacen muchas (carreras) por el estado de las vías, pero en verano sí”, refirió.
Sin placas
A más de la modificación de la moto, los delincuentes optan por quitarle la placa para así evitar ser identificados o se conozca su procedencia, expresó Carlos Bustamante, policía de EL Empalme.
Los vehículos más usadas para robar y/ asesinar son las Yamaha, Pulsar o la Suzuki. (JO)