Para la provincia de Santo Domingo de los Tsáchilas al igual que para otras provincias del país, el cambio de semáforo ha significado un crecimiento exponencial de la curva de contagios. Tanto es así que el cantón La Concordia ha visto quintuplicado el número de casos, situación similar se ha dado en nuestra ciudad.
El incremento del número de contagios deriva en una mayor demanda de servicios de salud, quienes al momento han visto colapsar su posibilidad de atención. El propio Ministerio de Salud ha confirmado que alrededor del 75% de pacientes Covid fallecen en salas de medicina interna, a la espera de una UCI (Unidad de Cuidados Intensivos).
A esta problemática grave se suma la deficiente información de parte del Gobierno Nacional. En un comunicado, la Defensoría del Pueblo del Ecuador la calificó como “limitada y contradictoria”, situación que impide que el problema pueda ser analizado en sus reales dimensiones. Así, a la presente fecha las cifras oficiales reportan alrededor de 200 fallecimientos en Santo Domingo, mientras que el Registro Civil confirma un incremento inusitado de muertes. Durante los meses de abril, mayo y junio del presente año hay un incremento paulatino en el porcentaje respecto del histórico de fallecimientos. Sólo en el mes de junio el incremento fue de alrededor del 80 % y julio será aún mayor.
La angustia y desesperanza invade a la población, frente a la imposibilidad de contar con servicios médicos oportunos que defiendan la vida de los santodomingueños. Quienes están en posibilidad acceden a servicios privados, donde sólo el costo de una prueba rápida bordea los cincuenta dólares. El promedio diario de una UCI en nuestra provincia cuesta alrededor de 1.500 dólares. ¿Cuántos pueden pagar estos servicios?
Que respondan nuestras autoridades.