Un año sin responsables de la destrucción y el saqueo de control policial

DAÑOS. Las instalaciones fueron incineradas luego de ser saqueadas, aunque el lugar ha sido regenerado, ninguna persona ha sido responsabilizada por este perjuicio, aún.
DAÑOS. Las instalaciones fueron incineradas luego de ser saqueadas, aunque el lugar ha sido regenerado, ninguna persona ha sido responsabilizada por este perjuicio, aún.

Redacción IBARRA

Sin detenidos, ni personas procesadas por el daño ocasionado en la infraestructura de uso policial, situada en el Control Integrado de Mascarilla, se cumple hoy, un año de aquel fatídico día. Hasta el momento el caso se mantiene en investigación, sin embargo, las adecuaciones al establecimiento se han realizado y reforzado, pero, quién va a responder por esta nueva inversión, además de todos los objetos sustraídos, algunos parte de la institución y otros propiedad de los uniformados que residían en el lugar en aquel entonces…

Sin sanciones

Es la interrogante que enmarca a este percance que inició el 23 de agosto de 2018, en la parroquia de Salinas de Ibarra, con un incidente vial que terminó mal, provocando una revuelta que generó la muerte de un afrodescendiente y la encarcelación de un efectivo policial, David V., quien ya ha sido sentenciado y se encuentra purgando privación de libertad en la cárcel 04 de Quito, pero el efectivo, resultó ser el único aprehendido en medio del incidente, pues además del deceso de Andrés Padilla, horas más tarde se registró una cadena de delitos por los que no existen personas, hasta el momento, judicializadas.

Desde la Fiscalía Provincial de Imbabura, se conoció, tiempo atrás, que las investigaciones se mantenían y que se encontraban a la espera de culminar informes y demás, para continuar con el procedimiento y dar con los responsables.

Hay evidencia

Videos del ECU – 911, revelaron el desastre. No fue un secreto para nadie cuando televisores, prendas de vestir, objetos de valor, motos, entre otros, fueron robados de las habitaciones y demás áreas del control. El ataque fue tal, que una vez cometido el saqueo, no conforme con ello, el grupo de comuneros rompió ventanas, puertas de vidrio, para luego prenderle fuego a todo el lugar, e incluso, intentar asesinar a los canes detectores droga, que eran parte del Centro Regional de Adiestramiento Canino (CRAC) de Imbabura.

Entre el enardecido y descontrolado comportamiento de los comuneros, también se registró la quema de un patrullero policial, sin contar con las agresiones que otros servidores policiales recibieron, mismas que fueron expuestas como parte de los hechos, en los relatos que se expusieron durante la audiencia del policía del Grupo de Operaciones Especiales (GOE) que fue judicializado por la muerte de Padilla. (MAGC)

Antecedentes

La mañana del 23 de agosto de 2018, el procedimiento de un accidente fue interrumpido tras el secuestro de la grúa que llevaba a uno de los carros siniestrados, custodiado por otros automotores llegaron al control policial, pasando por encima del cerco de seguridad, y las vallas que intentaban impedir el paso de la wincha hurtada, la cual siguió su camino hacia el Valle del Chota, mientras que un grupo de afrodescendientes, entre ellos el occiso Padilla, se quedaron para enfrentarse con los uniformados. En medio de la revuelta Padilla recibió un balazo en la cabeza y murió. Posterior a este deceso, los afrodescendientes arremetieron contra los uniformados, el patrullero, sus pertenencias y las instalaciones. (MAGC)