Con cada cambio

Ecuador como Estado no ha logrado consolidar un sistema educativo en que los niveles funcionen articuladamente, convertidos en islotes poco relacionados. En la última década la crisis educativa presenta varias aristas. Con el pretexto de reformarlo todo, desmontaron a patadas lo anterior, pasando por alto la evaluación crítica exhaustiva de lo existente. Excluyeron a actores fundamentales: los maestros, proscritos del debate con el sambenito de estar politizados. Precarizaron la profesión, repartiendo contratos de prueba, a modo de limosna laboral, que duran hasta más de diez años y pusieron en vigencia afrentosos nombramientos provisionales, que siguen la misma senda de los contratos. Transcurridos más de cuatro años aún no les extienden nombramiento definitivo a esos maestros, pese a ser sometidos a incontables evaluaciones, capacitaciones, pruebas y encuestas. Con cada cambio de Ministro son anuladas por la llegada de nuevos “sabios”.

Marcos Brown Cabeza
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