Asesinado antes de conocer a su tercer hijo

CRIMEN. Al estilo sicariato fue asesinado en el interior de una cancha de vóley de la parroquia La Unión, William Freddy Veliz Quezada, conocido como ‘Fruko’.
CRIMEN. Al estilo sicariato fue asesinado en el interior de una cancha de vóley de la parroquia La Unión, William Freddy Veliz Quezada, conocido como ‘Fruko’.

La víctima estuvo siete años en la cárcel por asesinato, según la base de datos de la Policía.

William Freddy Véliz Quezada, conocido en el cantón Quinindé como ‘Fruko’, era padre de dos y esperaba un tercer hijo de su esposa venezolana. Él fue asesinado con siete tiros la noche del domingo, 25 de octubre, en la calle 10 de Agosto, del barrio Central de la parroquia La Unión del cantón Quinindé.

Una ráfaga de disparos que provenían de la cancha de voleibol ‘Freire’, alarmó a los vecinos. La gente salió de sus viviendas para indagar de qué se trataba.

“Corrí hasta el local donde juegan voleibol y naipes, en el piso estaba tendido un hombre en medio de un charco de su misma sangre, junto a una motocicleta que también estaba caída prácticamente sobre él, las pocas personas que estaban en el lugar no atinaban a hablar debido al susto que se llevaron”, detalló un morador del sector que no quiso identificarse.

RECUERDO. William Freddy Veliz Quezada perdió la vida luego de recibir siete tiros.
RECUERDO. William Freddy Veliz Quezada perdió la vida luego de recibir siete tiros.

La llamada

El hombre que estaba inerte en el suelo, era William Freddy Véliz Quezada, de 41 años, conocido en cantón Quinindé, como ‘Fruko’. Supuestamente su verdugo lo estaba esperando, y luego de cumplir la misión huyó en una motocicleta que lo esperaba con el motor encendido en la parte externa de la cancha.

“Seguramente el mismo verdugo lo habría llamado por teléfono a Fruko, para que venga a la cancha, porque el pobre hombre llegó confiado e incluso iba a saludarlo, cuando el sujeto que portaba mascarilla y una gorra ocultando su rostro, sacó un arma de fuego y descargó varios balazos en la cabeza, cara y pecho de su víctima”, relató un testigo.

Agregó que en cuanto escucharon los disparos, lo que hicieron fue lanzarse al piso para evitar ser alcanzados por un proyectil. “Como aquí a este local viene mucha gente, nadie se imaginó que esto iba a ocurrir tan rápidamente, luego llegó la Policía y no permitió que nadie ingresara a la cancha, hasta levantar el cadáver”, refirió.

¿Ajuste de cuenta?

Los curiosos especulaban que el crimen podría tratarse de un ajuste de cuentas, por cuanto el occiso registraba dos detenciones en el sistema de la Policía Nacional, por tenencia ilegal de arma de fuego y otra por asesinato, por este último delito cumplió una sentencia de 7 años en el centro de reclusión de Esmeraldas.