Policía pide más ayuda comunitaria

BRIGADAS. Policía Comunitaria crea actividades dentro de los barrios o escuelas, pero el involucramiento de la comunidad es necesario para que perduren en el tiempo.
BRIGADAS. Policía Comunitaria crea actividades dentro de los barrios o escuelas, pero el involucramiento de la comunidad es necesario para que perduren en el tiempo.

Los Policías Comunitarios (Polcos), deben liderar proyectos para reducir los actos delictivos, enfrentamientos estudiantiles y recuperación de espacios públicos en los barrios.

Para evitar que 10 unidades educativas abandonas sean guaridas de ladrones o consumidores de drogas, 14 policías se encargan de la vigilancia que incluye patrullar el sector. Una de las limitaciones es la falta de uniformados en las Unidades de Policías Comunitarias (UPC).

El jefe de la Policía en Esmeraldas, Alaín Luna Villavicencio, explica que la cantidad de oficiales en cada uno de las UPC, está distribuido en proporción a los sectores. Precisa que no solo el agente debe generar seguridad, sino que los ciudadanos deben empoderarse y contribuir en los proyectos comunitarios.

Hace un año en la Unidad Educativa ‘Cristo Rey’, la colocación de una carpa afuera de sus instalaciones con policías, fue parte de una iniciativa llamada ‘Escuelas seguras’. Su director, Hidian Torres, contó que aquel plan, lanzado entre bombos y platillos, solo duró seis meses.

Poco empoderamiento

“Tenemos más de 1.500 estudiantes y el peligro es latente, hemos tenido casos infructuosos de secuestro y por eso necesitábamos a la policía”, justificó su pedido. “Escuelas Seguras, consistía en la colocación de un agente motorizado al ingreso y salida de la institución”, detalló el policía comunitario Savier Gracia, uno de los mentalizadores del proyecto.

No obstante, si bien se realizan rondas periódicas comprendidas en los horarios de 06:45, 12:30 y 18:30, se ha comprobado, mencionan los policías, que los padres de familia poco se involucran en los márgenes de seguridad a sus hijos.

“No tengo tiempo”, “es muy tarde y no puedo asistir” o “ese es su trabajo”, son varias de las frases que escuchan al querer formar las brigadas de padres de familia. “Siento que faltan policías (en las afueras del colegio 5 de Agosto), los chicos tienen miedo de atravesar las calles”, comenta Gloria Cisneros, madre de una estudiante en el colegio 5 de Agosto, donde el pasado lunes 6 de mayo, dos señoritas fueron atropelladas.

Lo que sí funcionó

Si bien esto comprende una problemática que se repite en siete colegios adicionales, donde se han detallado puntos críticos de aglomeración de estudiantes, el Polco del sub-circuito 2 de Aire Libre, Ángel Charcopa, expone que el trabajo de seguridad también comprende a los padres de familia.

Por ello, ejemplariza hace dos años atrás, en el colegio Margarita Cortés, se formó una brigada de ‘padres vigilantes’, aquellos que debían permanecer entre 10 a 15 minutos, fuera de las instituciones, causando un impacto a quienes pretendían hacer de las suyas. Aquello no continuó.

“La sociedad debe comprender, que la seguridad es una tarea de todos, y eso involucra a las comunidades que tengan acciones que minimicen los riesgos, no que sea directamente la policía”, afirma Charcopa, quien explica que de 10 actividades, solo una permanece en el tiempo: las asambleas comunitarias.