El petróleo: Bendición o maldición para un país pobre

 HISTORIA GEOLÓGICA DEL PETRÓLEO.

La historia del petróleo comienza cuando la Tierra empezó a engullir el plancton y las algas de sus mares, y grandes lagos, mezclados con fragmentos de hierbas y árboles, que sus ríos llevaban al mar, en donde se enterraban bajo capas y capas sucesivas de nuevos y nuevos sedimentos, que en una lenta digestión de millones de años, se iban transformando en su caliente seno, en negra sangre que fluía a través de sus venas, hechas de blanca arena; arena cuyos granos formaron parte alguna vez de montañas, lomas y relieves altos en general, desgranados por la acción permanente de lluvias, viento sol y aire, y fragmentados, hasta convertirse en arena arrastrada por riachuelos y ríos, que con el paso del tiempo geológico medido en millones de años, iban siendo igualmente enterradas bajo innumerables capas de nuevos sedimentos, que al igual que la materia orgánica pasaban a formar la parte profunda de la epidermis de la Tierra, conectándose a veces con las capas de arcilla, en donde se producía el milagro de la transformación de la materia orgánica en petróleo; la negra sangre que fluía a través de sus venas hechas de arena, al igual que sus gases.

Y millones y millones de años después, -cuando la historia del hombre apenas comenzaba-, éste vio que la Tierra emanaba fuego a través de sus heridas, postrándose en santa reverencia ante ese fuego, que, para él, era aliento sagrado de los dioses, pero en realidad, eran solo gases expulsados por la Tierra. Otros en cambio pensaron era fuego escapado del infierno y también lo adoraron porque le temían. 

EL HOMBRE FRENTE AL PETRÓLEO Y EL GAS

.Hasta que el hombre en su evolución-involución, vio que ese gas y ese fuego eran energía mil veces más fuerte, versátil y efectiva, que la energía animal y humana, y empezó a extraer esos líquidos y gases -antes sagrados-, para alimentar los  artilugios mecánicos que su fría inteligencia e hizo brotar dictadores y reyezuelos que empezaron a surgir como abrojos de campo, nuevos reyes y dictadores. -Nuevos dioses, a quienes ya no importó ver que la Tierra empezaba a enfermarse, que empezaba a perder la maravillosa piel verde que protegía su rostro, y en su lugar se expandían tonos grises y gris amarillentos, yermos que manchaban su cara que se trizaba con la sequedad, con el lento incremento de la temperatura, que evolucionaba a fiebre; y la Tierra empezó a respirar con dificultad, pero los nuevos reyes, al igual que los antiguos, empezaron a creerse dioses, comenzaron a mirar el infinito y a planear su próxima morada en las estrellas, buscando nuevos mundos, en donde -ojalá no-, comenzarán de nuevo a sembrar su semilla y ambición insana, que dejó a la Tierra convertida en un inhóspito planeta.  Ojalá entre esos nuevos expedicionarios, haya hombres con alma de filósofos que siembren de luz el planeta que alcancen, y lo conviertan en ese perdido paraíso que fue la Tierra, cuando el hombre aún no era la especie dominante, revirtiendo la trágica historia de este planeta.

UN PAÍS AGRÍCOLA POBRE DE PRONTO SE VOLVIÓ RICO Y LOCO

En ese vasto y al mismo tiempo pequeño planeta, un país de los más pequeños, que apenas asomaba en las cartas geográficas, pero pletórico de vida, de gente pobre y buena, vivía un provincialismo amable, salpicado de golpes de estado, separado en tres mundos diferentes: uno de cálidos llanos costeros, de gente bulliciosa y alegre que miraba al mar, más que al resto de su propia geografía, cruzada de norte a sur por la muralla andina que se proyectaba hacia el este, lejana e inalcanzable.

Dos realidades opuestas, casi dos países; la costa con Guayaquil a la cabeza en estrecha comunicación con el mundo, basaba su riqueza en el gusto cambiante de los países ricos por los postres con base de cacao, por el banano y el café, sus principales fuentes de ingresos, mientras la Sierra producía en grandes haciendas papas, maíz, trigo y cebada para el escaso consumo interno,  y la Región Oriental era todavía un mundo lejano, verde y misterioso, saturado de vida.

Y brotó el petróleo con grandes promesas de bienestar y riqueza, y las ciudades crecieron y se expandieron, comiéndose tierras fértiles; unas rodeando y matando esteros, otras reptando hacia los cerros y lomas en una expansión caótica y unas más abriendo claros en la selva aún impenetrable. 

Y la riqueza empezó a ser contaminación y caos, pero también crecimiento de la buena clase media de funcionarios y pequeños comerciantes, que dio vida a las ciudades, mientras  la luz empezó a iluminar los rincones oscuros de su geografía.

LA RIQUEZA INESPERADA, TRAJO CUAL HIERBA MALA LOS MESIAS FALSOS

Que ofrecían paraísos tras los que fieles y fanáticos de nuevas cofradías, elevaban loas a esos santos caudillos, nuevos salvadores de la patria, redentores de los nuevos y antiguos marginados, para quienes el cielo parecía cerca.

Y los tahures nacieron con  el brote del petróleo, y les crecieron desproporcionadamente dedos y uñas, y con su voz sedosa y engañosa cautivaron a ilusos con renovados paraísos, con nuevos “dorados y  países de la canela”, mientras tejían en silencio, casi imperceptiblemente la invisible telaraña, hecha de  engañoso verbo, para atrapar tanto al ingenuo como al que discrepa, para alimentarse de ambos, mientras ellos sonreían desde las alturas que su impunidad permite, gracias a nuevos cortesanos, junto a los que sin asomar están omnipresente jueces ciegos y sordos que negocian libertades y prisiones, junto a funcionarios venales, títeres trágicos que se mueven  al compás que tocan los nuevos reyes de esta democracia hueca.

Y hoy surge una nueva oferta de producir un millón de mentiras envasadas en barriles, vendido por eternos comerciantes de humo. Promesas huecas que se irán esfumando con el paso del tiempo, que se mantendrán vivas mientras haya ilusos, que se inclinen ante los nuevos reyezuelos que seguirán tejiendo nuevas redes para atrapar nuevos fieles, engrosando esas huestes carentes de ojos, sesos y oídos. 

RICOS Y POBRES

Fue momentáneamente rico, y volvió a ser pobre. A pesar de que una nueva gran riqueza aparece por todo lado: El oro y el cobre, en casos con acumulaciones de dimensión mundial. Se han preguntado: ¿Cuánto le quedará al Estado? 

El campo por otro lado es pródigo, y en el brotan las flores más exquisitas, de perfección de formas y colores, el café y el cacao, entre los más exquisitos del planeta; un banano del que es el primer productor mundial. En fin una riqueza agrícola grande en un territorio pequeño. Tareas:

DESARROLLAR NUESTRA RIQUEZA AGRÍCOLA

Flores, banano, café cacao, a ser producidos en condiciones amigables al ambiente. Facilitar la agrupación de los campesinos pobres, en unidades agrícolas mayores, que vuelvan eficiente y rentable los procesos de cultivo, y sobretodo de comercialización, el gran problema en donde todo el esfuerzo campesino se transforma en riqueza para intermediarios y especuladores. 

TRABAJAR EN LA TRANSICIÓN ENERGÉTICA

Tarea impostergable, pero en la que,  como en todo lo demás, no existe una real planificación estratégica, sino tibias acciones y pocas concreciones como el proyecto eólico Villonaco, en marcha pero ya con denuncias de sobreprecio. Duerme en el olvido el pozo Chachimbiro, perforado con apoyo de la Cooperación Japonesa, que dio buenos resultados. Somos  un país con gran potencial geotérmico. 

ADMINISTRAR LA ETAPA  FINAL DE LA ERA DEL PETRÓLEO

Con un plan estratégico que trascienda los plazos que impone la triste política ecuatoriana, evitando que las actuales operadoras transfieran sus participaciones a empresas de humo, que desaparezcan cuando la extracción sea ya no rentable, dejando la Amazonia sembrada de pasivos ambientales.

INICIAR LA DESCARBONIZACION DE LA INDUSTRIA PETROLERA.

En sus actividades de producción, transporte e industrialización y TRANSFORMAR SU EMPRESA ESTATAL EN EMPRESA DE ENERGÍA, es un tema en pañales en nuestro medio, que las grandes empresas han tomado en serio. Comenzar inmediatamente descarbonizando la industria, planificando la transformación en compañía de energía, como lo hicieron están Equinor, la estatal noruega y las otras grandes. 

SUEÑO FINAL

Será que soñar es lo único que nos queda, en un país con una industria petrolera que marcha sin rumbo cierto, secuestradas por intereses no nacionales. Hay aún algún resquicio de esperanza, en que retornemos a ser éticos, ¿en que la racionalidad política vuelva? Surgirá un liderazgo ético que nos represente, un estadista de gran talla. Nuevos Alfaros, García Morenos, Rocafuertes?? Que vuelvan a reconstruirnos como país, que vuelvan a pensar en un futuro sustentado en el campo, en el turismo y la creación intelectual y tecnológica, desarrollados en un fondo de una democracia sólida, como únicos ejes permanentes de riqueza y bienestar colectivo. 

Marco V Rivadeneira M