El Patacoré: La leyenda del misterioso personaje

El Patacoré, un personaje enigmático, ha surgido de las profundidades del abismo para sembrar el terror en aquellos que se cruzan en su camino. Al son de la marimba, este ser es capaz de tomar el control de los sentidos de sus víctimas, dejándolas a merced de su poder. Sin embargo, nadie ha sobrevivido para contar lo que el Patacoré es capaz de hacer si uno no se percatara de su presencia terrorífica.

Datos interesantes sobre el Patacoré

La leyenda del Patacoré está íntimamente ligada a la música tradicional de la provincia de Esmeraldas. La marimba, un instrumento típico de esta región, es el protagonista de este género musical. La marimba es similar a los xilófonos y balafones africanos, pero tiene sus propias características distintivas. Está compuesta por 24 teclas de diferente longitud y sonoridad, construidas con chonta dura, una madera noble de las selvas tropicales americanas. 

Estas teclas se golpean con baquetas de chonta, y debajo de ellas se colocan resonadores de caña guadúa, una variedad de bambú. Aunque en algunas ocasiones se pueden encontrar resonadores de plástico y baquetas de metal, la marimba esmeraldeña sigue conservando su esencia tradicional. El baile de la marimba esmeraldeña es una experiencia embriagadora.  Se baila descalzo, dejando el alma en la pista y moviendo las caderas de manera fascinante al compás de la marimba, el guasa, el bombo, el cununo y las maracas. Las mujeres visten faldas coloridas y enormes, blusas con volados que dejan ver sus hombros y llevan un pañuelón atado coquetamente a sus cabezas, completando el traje tradicional de su baile. Por su parte, los hombres visten camisas que complementan el traje de las marimberas, semiabiertas y anudadas a la cintura, pantalones remangados en las vastas, sombrero y pañuelo con el que rodean a su compañera durante el baile.

La leyenda urbana

La historia del Patacoré tiene sus raíces en las orillas del río de Esmeraldas, donde solían haber numerosas chozas habitadas por gran parte del pueblo afro. Un día, los habitantes decidieron realizar un baile en una de las viviendas, llevando consigo los instrumentos autóctonos de la provincia verde: marimba, cununo y bombos. Estos instrumentos tenían su lugar de honor, colgados en sus nichos, y solo eran utilizados en ocasiones festivas.

 La fiesta estaba en su apogeo, la gente bailaba y entonaba los instrumentos con alegría. Sin embargo, en medio de la celebración, un misterioso hombre vestido totalmente de blanco ingresó a la casa. Lucía elegante y era muy apuesto. Se dirigió directamente hacia el músico que estaba tocando la marimba y comenzó a tocarla también. Pero mientras el recién llegado entonaba, la vivienda comenzó a hundirse lentamente. Paradójicamente, los bailarines no se percataban de este fenómeno, ya que estaban sumergidos en la alegría de la fiesta.

En medio de la fiesta, un niño logró percatarse de lo que estaba ocurriendo: el Patacoré había llegado a la celebración. El pequeño observó cómo al misterioso hombre de blanco le empezó a crecer una cola por la parte trasera de su cuerpo. Rápidamente, le avisó a su mamá, pero nadie parecía hacerle caso. Sin embargo, uno de los marimberos presentes en la fiesta notó algo extraño en aquel hombre y se dio cuenta de que la casa se estaba hundiendo cada vez más. Los invitados, poseídos por la música y el baile, no se percataron de nada mientras continuaban disfrutando frenéticamente de la celebración. Fue entonces cuando el marimbero decidió recitar el Padre Nuestro al revés, un acto desesperado que logró su cometido: el Patacoré comenzó a transformarse. Su cuerpo cambió por completo, una inmensa cola surgió de su parte trasera y unos cuernos emergieron de su cabeza. Era el diablo, que al sentirse reconocido, salió despavorido de la celebración, montándose en su caballo y desapareciendo en la oscuridad. (JNG)