El fentanilo: la droga más asesina

Autor: Dr. Gabriel Ordóñez Nieto | RS 79


La drogadicción es un problema que se expande por el mundo de manera vertiginosa tanto en países desarrollados como en los países en vías de evolución, un informe de United Nations Office on Drugs and Crime (UNODOC) del 2021 da cuenta de que alrededor de 275 millones de personas, de 15 a 64 años de edad, consumieron drogas en todo el mundo en el año 2020 y más de 36 millones sufrieron trastornos por su consumo.

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También señala que la potencia del cannabis se ha cuadruplicado en algunas partes del mundo con el agravante de que los jóvenes consumidores, cada vez más, ignoran los daños que produce en sus organismos, sobre todo, si son consumidores habituales de larga duración. La pandemia COVID 19 aupó, en la mayoría de países, el consumo de la hierba.

El mismo organismo internacional informó sobre el consumo problemático de drogas y sobre el impacto del problema mundial de las drogas en el ambiente. Sobre lo primero, de conformidad con los datos disponibles, Ecuador dio tratamiento a 110.970 personas por uso de opioides, cannabis, cocaína y/o pasta de base. Es la cifra más alta de la región.

Las provincias que registraron mayor número de ingresos por consumo problemático fueron Guayas, Pichincha, Manabí, Azuay, El Oro y Esmeraldas. El informe también destacó que tanto la producción como la comercialización y el consumo de drogas impactan en el cambio climático, la contaminación de afluentes de agua a nivel regional, deforestación y pérdida de vida silvestre a nivel nacional.

En el 2022 el Gobierno Nacional reportó la preocupación por haber detectado el consumo de drogas por parte de niños a partir de los 8 años de edad.

En todo caso, el país no tiene estadísticas actualizadas, en el 2016 se hizo una estimación de la población que consume alcohol, tabaco y otras drogas; se estableció que cerca de 792 mil (6.34%) de mayores de 12 años consumían estas sustancias.

Entre los estudiantes se reportó que cerca del 13% habían consumido algo ilícito en el año de la estimación. Se consumía marihuana, heroína y cocaína en ese orden: de la primera se reportó cerca del 10%, de las otras dos menos del 3%.

Las cosas según una visión a priori del problema parecen haberse agravado en este último tiempo.

Esta presunción se fundamenta en la conocida afirmación de que el consumo no es causa sino consecuencia de problemas sociales no atendidos, necesidades básicas insatisfechas que colocan a los niños, sobre todo, en situación de vulnerabilidad.

En el 2007 se aprobó la muy discutida Tabla de Consumo de Drogas. Muchos culpan a su vigencia el aumento de consumidores, otros no concuerdan con esta afirmación, les parece una referencia útil y exclusiva para los jueces encargados de su aplicación, para diferenciar al consumidor del microtraficante con el propósito de establecer las sanciones correspondientes.



EL FENTANILO
El uso de fentanilo en los Estados Unidos y otros países ha hecho noticia en las últimas semanas con la proyección de imágenes desgarradoras en pantallas de televisión y redes sociales. Se trata de un opioide sintético utilizado desde hace algunos años en la práctica de la medicina. Los opioides se encuentran en forma natural en la amapola o adormidera, algunos se elaboran directamente de la planta mientras que otros -como el fentanilo- se crean en laboratorios que utilizan la misma estructura química para producir opioides sintéticos o semisintéticos. El fentanilo legal solo se expende con receta médica. El ilegal se comercializa a través de redes sociales y vendedores ambulantes en forma de polvo, gotas oculares, vaporizadores nasales, parches y pastillas con apariencia muy parecida las vendidas con receta.

En la calle se lo encuentra combinado con otras sustancias heroína, cocaína, metanfetamina.

Muchas personas ignoran el contenido de estos productos y consumen fentanilo sin saberlo y sufren de intoxicaciones accidentales con esta droga, en ocasiones hasta la muerte. Está indicado para aliviar dolores intensos en el posoperatorio de muchos procedimientos quirúrgicos, también se ha utilizado para aliviar el dolor crónico en pacientes con tolerancia a otros opioides, es decir son personas necesitadas de medicamentos en dosis mayores y/o administraciones más frecuentes. Esto debido a que el fentanilo tiene una potencia de 50 a 100 veces mayor que la morfina.

MODO DE ACCIÓN Y EFECTOS
El fentanilo lo mismo que la heroína y la morfina actúa uniéndose a los receptores opioides localizados en áreas del cerebro que controlan el dolor y las emociones.

Al consumirlo muchas veces, en forma reiterada, el cerebro se adapta a la droga y su sensibilidad disminuye dando como resultado una dificultad para sentir placer con otra cosa que no sea la droga, las personas en esta situación la buscan en forma compulsiva, se tornan adictas y así la droga se apodera de sus vidas.

El consumidor en esta etapa se droga pese a que conoce y sabe que su salud corre peligro, que sus actividades cotidianas como trabajar, asistir a la escuela o universidad, atender las labores hogareñas y más actividades de una vida normal se ven afectadas de forma moderada o grave.
En casos extremos se desconectan de la realidad, no se alimentan de manera apropiada, deambulan y descansan en cualquier lugar, los estragos no se hacen esperar.

Los efectos de la droga son: felicidad extrema, aletargamiento, náuseas, confusión, constipación o estreñimiento, sedación, problemas de la respiración y pérdida del conocimiento.

El consumo excesivo o sobredosis produce efectos secundarios graves, relacionados con una respiración muy lenta que llega en ocasiones al paro respiratorio, el coma y la muerte debida a la drástica reducción del oxígeno necesario para sostener las funciones cerebrales.

En niños, la exposición accidental a medicamentos es una de las principales causas de las intoxicaciones.

Muchos han muerto o enfermado gravemente por el uso inadvertido de parches cutáneos con fentanilo que se deben manejar y desechar con extremo cuidado.

ABSTINENCIA Y TRATAMIENTO
Cuando dejan de consumir experimentan los síntomas de la abstinencia cuyo inicio puede ser pocas horas después de haber consumido la droga por última vez.

Los síntomas son: dolores óseos y musculares, insomnio, vómitos y diarrea, escalofríos, movimientos involuntarios e incontrolables de las piernas y un deseo intenso, incontenible por consumir la droga.

Todo esto, desde luego, es muy desagradable, los consumidores no desean vivirlo ni soportarlo, buscan la droga para evitar estas experiencias tan negativas y la adicción se arraiga con más fuerza en las víctimas.

Hay formas de aliviar estas molestias con el uso de lofexidina, medicamento no opiáceo, que reduce los síntomas de abstinencia. También se puede utilizar un pequeño estimulador nervioso colocado detrás de la oreja, en la fase aguda de la abstinencia. Aplicaciones para dispositivos móviles conteniendo terapias cognitivas y conductuales están disponibles desde el 2018.

La adicción al fentanilo se trata con medicamentos como la metadona, la buprenorfina y la naltrexona. La naloxona revierte los efectos de la sobredosis, salva vidas. Las terapias conductuales y entrevistas motivacionales ayudan a las personas a modificar su actitud y comportamiento ante el consumo, manejar los factores desencadenantes y el estrés así como a incrementar habilidades para llevar una vida sana con el apoyo de ciertos medicamentos.

El Ecuador un país azotado por el narcotráfico, la narcodelincuencia y el consumo creciente de marihuana y drogas como base y cocaína principalmente, no estará exento de la llegada del fentanilo ilegal o droga zombie porque convierte a los consumidores en “muertos vivientes” Ciertas notas de prensa y noticias divulgadas a través de las redes sociales indican que ARCSA (Agencia Nacional de Regulación Control y Vigilancia Sanitaria) alerta que el fentanilo ha llegado y que se están ofreciendo inyectables y parches a través de Facebook.

Es una alerta digna de tenerse en cuenta para que la población se informe más con el ánimo de prevenir, en la medida de lo posible, su consumo.

EL PAÍS DEBE ENTENDER A TIEMPO, LOS PELIGROS DEL FENTANILO PARA REDUCIR LA AMENAZA QUE REPRESENTA PARA CADA PERSONA, PARA SUS SERES QUERIDOS Y PARA LA SOCIEDAD.