EL DEPORTE NO SIEMPRE, UNE A LOS PUEBLOS

Navegando en las redes sociales encontré, un sinnúmero de frases motivadoras para la práctica del deporte y sus beneficios físicos y mentales en las personas. Una de ellas expresa “el deporte es una potente herramienta de transformación social y una actividad formadora…. Es una herramienta poderosa para fortalecer los lazos y relaciones sociales, y para promover los ideales de paz, fraternidad, solidaridad, tolerancia y justicia”.

Es indudable que esa es la intención de los promotores deportivos y de las personas que tienen la capacidad de la práctica física. ¿Pero en la realidad se cumple? Inicio señalando que no solamente es la capacidad física y el espíritu que lleva a la persona a competir consigo mismo o con rivales, y así comienza mi disyuntiva, pues muy cerca se encuentra el antagonista, contrincante, opuesto, etc. al que hay que vencer para destacarse. A nivel mundial, hubo una serie de conflictos por discrepancias en fallos deportivos o por acciones bélicas, terroristas, pero por el contrario existieron demostraciones de justicia, solidaridad, paz que ennoblece al deporte.

Hay que reconocer que la a la mayoría de la población mundial le gusta la actividad deportiva en cualquier rama y por supuesto, el ser humano por cualquier circunstancia se convierte en entusiasta, seguidor, hincha, de un deporte individual o colectivo, y en cada caso de la persona que se destaque o de una sociedad de su agrado, entrando otra vez al dilema si el deporte nos une o nos aparta, con quienes coinciden o discrepan de la creencia personal. Particularizando, creo que el fútbol es uno de los deportes más populares a nivel mundial, que congrega semanalmente a millones de personas tanto en los en los estadios y a través de las transmisiones televisivas y es donde se han producido los mayores conflictos de disociación, separación y de división, no tanto entre los deportistas que lo practican sino entre los seguidores.

No olvidemos que una final de la Copa Libertadores, evento sudamericano por esencia, que debía tener lugar en Buenos Aires, tuvo que suspenderse por enfrentamientos entre los hinchas de los equipos, y el partido se reprogramó para jugarse en España. En el Ecuador, el regionalismo, un mal que no ha podido superarse, también tiene un papel importante entre las hinchadas de los clubs de fútbol aupados por medios de comunicación que no cumplen una función apropiada, posiblemente por intereses financieros.
A tal punto que se hay titulares que expresan que el Equipo “A” perdió con el Equipo “B”, y en la crónica se expresa con mayor énfasis los defectos del perdedor, sin dar importancia a las virtudes del triunfador que es de otra región del país.

Igualmente puedo señalar, que días antes de que L.D.U. juegue la final de la Copa Libertadores de América contra el equipo Fluminense de Brasil en el 2008, un periodista de la costa dijo que no quisiera que Liga gane. Lo opuesto sucedió en la llegada del equipo ecuatoriano a Rio de Janeiro que fue recibido por seguidores del Flamengo, clásico rival del otro equipo finalista.

Este conflicto tiene lugar también en otros países y para ejemplo cito los encuentros de fútbol en México entre el América y el Guadalajara, y en España el clásico Real Madrid – Barcelona. Resalto que la población del Ecuador, y posiblemente de cada uno de los estados del mundo, se une alentando a delegaciones deportivas o representantes individuales que tienen el honor de defender los colores del país en el extranjero y se cumple el enunciado del título, pero a nivel interno seguirán las divergencias y desacuerdos por las afinidades. El espíritu de la unión es loable pero muy difícil de conseguir.

Alfonso Carrillo B.