Tras dos años de pandemia

En los primeros días de la pandemia, cuando nuestra sociedad y nuestras instituciones se vieron absolutamente rebasadas por la irrupción del COVID-19, el país descendió a niveles insospechados de miedo y desesperación, mientras la enfermedad segaba vidas, reinaba la confusión y las autoridades descubrían con horror que no existían recursos para afrontar la emergencia. Es difícil encontrar en la historia reciente un momento en el que nuestro Estado haya parecido tan vulnerable e inoperante, y el futuro tan sombrío.

Han pasado dos años y llama la atención cuán poco un evento tan doloroso transformó al país.

Muchos parecen haber olvidado la pesadilla que fue encontrarnos ante esa catástrofe, sin dinero, ciencia, industria ni capacidad de auxiliar a la población. Las respuestas llegaron a merced de los préstamos, la innovación y los productos extranjeros. Hoy, sumergida en las pequeñeces y pugnas del día a día, nuestra clase política -aún desconectada de la sociedad y su titánico esfuerzo- continúa incapaz de dotar al país de una dirección y de un proyecto a largo plazo.

En menos de una década, hemos enfrentado un terremoto, una pandemia global, una severa crisis de seguridad generada por la invasión del narco y el crimen organizado y, ahora, los efectos económicos de una guerra lejana.

Ningún país está blindado frente a tales factores, pero la historia premia a aquellos que ordenan sus finanzas, priorizan la ciencia e innovación, crecen su capacidad productiva e invierten en salud y educación.

¿Aprenderemos?

FRASES DEL DÍA

«Un pedestal también es una prisión, como todo espacio pequeño y limitado.

Gloria Steinem (1934), activista estadounidense

«No hay peor vicio que hacer el mal por necedad.

Charles Baudelaire (1821-1867), poeta francés