El poder y la Corte Constitucional

La renovación parcial de la Corte Constitucional (CC) se concretó ayer con la salida de tres de sus más destacados y protagónicos jueces, y la incorporación de los ganadores del concurso público. Inicia un nuevo ciclo para una institución que goza de especial relevancia social y prestigio ante la opinión pública. Su encomiable pluralismo, la riqueza de sus sentencias y su valerosa disposición a pronunciarse de forma clara y firme sobre temas sensibles dejan un listón muy alto para los sucesores.

Desde ya, surgen inoportunos pronunciamientos sobre la supuestas afinidades políticas de los nuevos miembros. Algunos opositores han llegado a denunciar una supuesta confluencia del Ejecutivo con esta CC y a esgrimir términos como ‘bloque’, ‘alianza’ o ‘mayoría’, propios de la dinámica legislativa. Parecería existir una deplorable visión de la Corte como un foro político más, con alianzas, intrigas y pugnas por el poder a la orden del día. Ya no lo es, ni jamás deberá volver a serlo.

La Corte es el máximo órgano de protección de derechos, así como de control, interpretación y administración de justicia constitucional. Nada menos y nada más.

“Los derechos no se votan”, reza la sentencia que confirma la constitucionalidad de despenalizar el aborto en casos de violación. Y, por tanto, el cálculo político no tiene lugar en ella.

Más allá de las sutiles diferencias de criterio que existan entre los jueces, los principios fundamentales están claramente establecidos en la Constitución. No es justo esperar, ni pedir, grandes virajes a una institución a la que no le corresponde darlos.

FRASES DEL DÍA

«La caridad solo debe llenar las grietas de la justicia, no los abismos de la injusticia.”

Miguel Delibes (1920-2010), escritor español

 

«Hay una felicidad en la soledad si creemos haberla elegido.”

Joyce Carol Oates (1938), escritora estadounidense