El costo de los que no se vacunan

Más de tres millones de ciudadanos mayores de cinco años restan por vacunarse contra el covid, pese a que el Gobierno ofrece a todos la oportunidad de hacerlo. Mientras tanto, se observa un ligero repunte en las cifras de contagio y de hospitalización que se teme se agudizará en los próximos días. 

En muchos casos, el miedo, la displicencia y la confusión ideológica justifican ese proceder. Apelar al sentido de autoprotección e instinto de sobrevivencia de esos ciudadanos ha resultadoo inútil. Con mentalidad de polizón, creen que pueden beneficiarse de la inmunidad masiva y la consiguiente inmunidad de rebaño sin tener que “poner el hombro”. Tampoco parece importarles el bien común, ¿cómo, si no es así, explicar el desdén que exhiben ante la posibilidad de, aunque ellos no enfermen gravemente, contagiar a otros? Este debería ser un privilegio otorgado únicamente a los pocos que, por sus priopias condiciones de salud, corren alto riesgo en vacunarse.

La pandemia del covid-19 ha sido un problema de salud pública y, como tal, se la ha enfrentado en su mayoría con fondos públicos. La vacunación, la costosísima atención en las UCI de los hospitales públicos, los honorarios del personal de salud, la productividad perdida, todo se cubre con dinero de todos y, en gran parte, con deuda pública que tomará varios años pagar.

Son justamente esas personas que se rehúsan a vacunarse quienes están protagonizando los nuevos casos graves, que requieren costosa hospitalización en este tiempo de crisis. ¿Es acaso justo que toda la ciudadanía tenga que seguir asumiendo el costo de su decisión?

FRASES DEL DÍA

«Sé la mejor versión de ti misma en vez de la mala copia de alguien más.”

Judy Garland (1922-1969), actriz estadounidense

«Quienes pagan la verdadera cuenta de la corrupción son los pobres.”

Francisco (1936), actual papa de la Iglesia Católica