Vivir en zozobra no es vivir

Juan Francisco Mora

Cuán amplia es entre la población ecuatoriana esa sensación de zozobra frente a la inseguridad que nos asfixia: angustia incontenible por el alto riesgo de que alguien de la familia se vea expuesto a un ataque de la delincuencia.

Basta abrir la conversación entre amigos o compañeros de trabajo para notar que la zozobra por inseguridad se ha generalizado y es una condición negativa que está afectando la salud mental y emocional de todos.

Vivir en zozobra no es vivir. La plenitud de la vida se halla en un entorno de seguridad que nos presta las condiciones adecuadas para vivir en libertad y procurarnos las oportunidades para construir una vida digna. Con la invasión de la delincuencia perdimos la seguridad, perdimos la libertad y perdemos oportunidades.

Zozobra al caminar por calles y avenidas. Zozobra al entrar a un restaurante o ir al mercado. Zozobra en la parada del bus, al viajar en bus y al bajar del bus. Zozobra al enviar a los hijos a la escuela, al despedirse de la esposa que va al trabajo, al esperar que papá regrese a casa sano y salvo.

Inclusive, movilizarse en auto propio, que antes podía ser considerado como una forma relativamente más segura de transportarse, hoy también genera zozobra. Asaltos en los semáforos, robo de vehículos, secuestros en el propio vehículo y otras expresiones del delito nos exponen a sentir esa zozobra en cada trayecto.

¿Qué hacemos? Si los esfuerzos de las autoridades y la fuerza pública parecería que no son suficientes, ¿Qué podemos hacer los ciudadanos? ¿Cómo frenamos el avance de la delincuencia? ¿Cómo recuperamos la posibilidad de salir de casa con la tranquilidad de poder caminar en paz? ¿Migramos? Increíble, ¡vivimos hasta la zozobra de no saber qué hacer!

No estamos acostumbrados a vivir así y ojalá nunca nos acostumbremos a vivir en esta zozobra. Los ecuatorianos somos gente de paz y gente que ama la vida familiar y en comunidad. Juntos hemos superado muchos problemas y retos complicados para la nación, que esta nueva circunstancia difícil no nos haga perder la esencia de una sociedad pacífica y solidaria.