Vidas que dejaron huellas

Ángel Polibio Chaves

Dos noticias conmovieron al país la semana pasada: la tragedia del barrio La Gasca, y el fallecimiento de dos personajes públicos muy importantes: la doctora Isabel Robalino y el doctor Wilfrido Lucero.

Importantes grupos sociales constituyeron hace pocos años la Comisión Nacional Anticorrupción, y entre las personas que la integraron se encontraba una persona de extraordinaria trayectoria política, social y académica: la doctora Robalino, quien a lo largo de su vida ya había evidenciado su enorme patriotismo y sintonía con las causas de la justicia, la democracia y la educación. Fue una de las primeras mujeres que obtuvo el título de doctora en Jurisprudencia; fundadora de la Escuela de Servicio Social de la Universidad Católica del Ecuador. En la política, fue un referente en la formación del pensamiento demócrata cristiano en el país; ejerció con responsabilidad y talento las funciones de Senadora de la República, dignidad a la que por primera vez había accedido una mujer. Inspiró las causas más justas de los trabajadores ecuatorianos; fue, en fin, una mujer que vivió para servir a su Patria y lo hizo con pasión, honradez ejemplar, versación jurídica y compromiso social.

Quizás fue menos conocida la trayectoria del doctor Wilfrido Lucero Bolaños: Alcalde de Tulcán, Prefecto del Carchi, legislador por esta provincia y más tarde por el país como diputado ante el Congreso Nacional, del que fue su Presidente, habiendo ejercido tales funciones siempre honrada y altivamente. Tungurahua le debe su valiosa intervención para la aprobación de la Ley 047 que le permitió a la provincia beneficiarse de ingentes recursos originados en la facturación de las centrales de Pisayambo y Agoyán.

Guardaremos su memoria con gratitud, pues nos enseñaron que la política es una actividad digna, y con la esperanza de que sus vidas sirvan de ejemplo en la construcción de una sociedad más justa y solidaria.