“Un migrante atrapado en un abismo judicial”

Carlos Arellano

Los países que recibieron a los millones de venezolanos que huyeron de la dictadura, enfrentaron complejos retos relacionados a su capacidad de contrarrestar las consecuencias de un fenómeno inusual y garantizar a los ciudadanos extranjeros el derecho a la salud, a la educación y a una vida digna.

Pero, ningún esfuerzo impidió que en la región se expanda un falso sentimiento nacionalista que ha provocado que cualquier ciudadano venezolano sea discriminado por su condición de migrante.

La crisis de inseguridad que sacude al país ha relucido la xenofobia que caracteriza a los ecuatorianos: culpar a los venezolanos por cualquier delito cometido en el territorio, aunque los números demuestran que los responsables son generalmente ecuatorianos.

“Un migrante atrapado en un abismo judicial” es uno de los más recientes reportajes de investigación del diario digital “GK”. La nota periodística describe en cifras lo que muchos se niegan a aceptar: en Ecuador, la mayoría de personas privadas de libertad son ecuatorianos.

Es decir, menos del 10% del total de la población carcelaria es migrante. En otras palabras, 3.333 presos son extranjeros, de esa cifra el 39% son venezolanos (1294). A marzo de 2022, se estima que el número de venezolanos residentes en Ecuador asciende a 513.903. Lo que representaría que el 0,25% de venezolanos ha cometido un posible delito, un porcentaje relativamente bajo.

Al mismo tiempo la crónica narra la incansable lucha de una madre -desesperada y angustiada- por devolverle la libertad a su hijo, quien fue condenado a nueve años de cárcel en un juicio repleto de contradicciones.

En un vasto texto la periodista Karol Noroña describe las dificultades que atraviesa la población venezolana en nuestro país: pobreza, falta de oportunidades, discriminación, humillación, persecución, acceso limitado a un paupérrimo sistema de justicia, ausencia de una Defensoría Pública que proteja los derechos de las personas privadas de libertad y la corrupción del sistema de rehabilitación social. Los migrantes venezolanos huyeron del terror de la dictadura para vivir una pesadilla.

La mayoría de extranjeros, al igual que los ecuatorianos, son honestos y trabajadores, ¿es difícil entenderlo?