Subsidios (final)

Ángel Polibio Chaves

Al tratarse el subsidio a los combustible de un subsidio indirecto, sería por principio recomendable su eliminación; más, en la medida en que ello produce el incremento de su precio, lo que incide directamente en el precio de muchos productos, algunos de primera necesidad, resulta difícil establecer medidas que procuren minimizar los efectos colaterales del retiro del subsidio y, al mismo tiempo, mantener precios estables de los bienes de primera necesidad.

Habiéndose establecido un sistema de franjas en las que se movía el precio de los combustibles,  en la medida en que el límite superior de la franja daba lugar al incremento, los precios comenzaron a subir en tal forma que produjo malestar en los consumidores no solo de los combustibles, sino también de los compradores de los bienes y servicios relacionados particularmente con el transporte; esto motiva esta consideración: ¿sería dable discriminar los precios de los combustibles según su uso?; y, de serlo : ¿cómo evitar que mantener el subsidio para ciertos usos o, establecer compensaciones en función de ellos, derive en su aplicación indebida?.

Desde hace mucho tiempo, las estaciones de servicio registran la matrícula de los vehículos que se abastecen de combustible en ellas y el tipo y la cantidad de combustible vendido, por lo que el Gobierno dispone de esta información que permitiría identificar aquellos vehículos de uso público o que se dedican a la actividad comercial del transporte o a la producción, de los de uso privado, con lo cual, sí sería posible que determinados surtidores mantuviesen un precio subsidiado, con lo que no habría lugar al incremento de los precios de los bienes y servicios de primera necesidad. La aplicación indiscriminada del subsidio, generaría un ahorro que podría destinarse a subsidiar las tarifas eléctricas domiciliarias de los hogares de menores ingresos.

Esta propuesta ¿podría ayudar a resolver un problema que está a las puertas?