Que se larguen todos

Kléver Peñaherrera

No es fácil para un país despertarse con noticias como las que estamos viviendo día tras día, de seguro que no es tarea fácil estar al frente de una colectividad, más cuando el tejido social se encuentra totalmente resquebrajado y los conflictos sociales son el pan de cada día.

Terminamos una administración municipal y la mayoría de la colectividad “odia” al burgomaestre y los concejales que cesan en sus funciones, y no sólo en nuestra ciudad, sino en todo el Ecuador, sin tener la mínima reminiscencia de que nunca hemos tenido que atravesar tiempos tan difíciles en la administración de una ciudad y un país como la del periodo anterior.

La Asamblea Nacional decide iniciar un juicio político al Presidente y toda la gente aplaude esta decisión y antes de terminar este proceso, el Presidente, ejerciendo su atribución constitucional, disuelve la Asamblea y todos estamos contentos y ovacionamos de pie esta decisión.

Ante esta conducta me pregunto, el problema son los alcaldes, los asambleístas, el presidente o somos nosotros los ciudadanos; y, esta duda se refuerza cuando en las redes sociales se lee una y otra vez, “que se larguen todos” haciendo evidente la disconformidad del pueblo ante sus autoridades.

¿Se imaginan un país sin la existencia del Estado, sin líderes que nos dirijan y que sepan administrar la cosa pública, se imaginan el ajusticiamiento sin procedimientos legales y la justicia por mano propia imperando en nuestra sociedad, se imaginan una educación sin directrices, una salud inexistente o las relaciones laborales sin control?

Esta lucha por construir un país no es algo que sea fácil y tampoco algo que se consiga de un momento a otro, aunque existan cientos de falencias en nuestro país, hay miles de cosas que sí funcionan, que deben mejorar, por supuesto, pero son logros dignos de felicitar a las autoridades que en su turno lo hicieron.

Vienen nuevas elecciones, en caso de no existir objeciones legales al decreto presidencial; y, es nuevamente nuestra responsabilidad elegir a aquellas personas que van a representarnos en el Gobierno, seamos cautos en escoger los mejores perfiles y cuando estén en estos cargos, vigilemos su accionar, no sólo para reclamar sus errores, sino también para agradecer y felicitar sus aciertos.