La pregunta del Yasuní

Iván Paredes

Luego de diez años de lucha y resistencia de organizaciones defensoras del ambiente y la Naturaleza, lograron que la Corte Constitucional acepte preguntar a los ecuatorianos sobre el futuro del Parque Nacional Yasuní, para de tal manera, dejar en manos de los dueños del territorio una decisión que tendrá un impacto, no solamente en el Ecuador, sino a nivel mundial y, por supuesto, en el devenir del Mundo y el Planeta.

La pregunta textualmente, dirá: “¿Está usted de acuerdo en que el gobierno ecuatoriano mantenga el crudo del ITT, conocido como bloque 43 indefinidamente en el subsuelo?” Debemos entender que se está refiriendo al espacio geográfico conocido como el Parque Nacional Yasuní, que fue declarada como una gran riqueza de reserva de la biodiversidad por la Unesco en 1989, y como Parque Nacional en 1979, siendo conocido también como el refugio de la vida al final de la era glacial”,  donde albergan miles de animales como el jaguar, las anacondas, en especial, el mono de bolsillo, así como, una variedad destacada de más de dos mil especies de árboles, alrededor de 700 especies de aves, sin contar con la extensa diversidad de peces. Además de ello, se encuentran las nacionalidades indígenas de los Waoranis, los Shuar y, por supuesto, los pueblos no contactados que voluntariamente no desean tener contacto con la sociedad moderna, como son los Tagaeri y Taromenane.

Explotar el petróleo que se encuentra bajo este suelo rico en vida, que es un soporte para el medio ambiente, el cambio climático y el medio de equilibrio del planeta, por obtener unos cuantos dólares que, generalmente, terminan en los bolsillos de unos cuantos avispados y en el mantenimiento de una burocracia indolente, no constituye un argumento para la explotación petrolera. Es momento de ser recíprocos con la madre naturaleza, también pensar en las próximas generaciones que tienen el derecho de ver y ser parte de la más bella creación; entonces, la respuesta es más que obvia.