Por fin…

Jaime López

Ese fue el título de un artículo publicado a principios del 2021 cuando la pandemia desatada amenazaba muchos futuros, como ha sucedido desde entonces, cuando la Sra. Fiscal General, Diana Salazar, nuestra Artemisa del Olimpo ecuatoriano- me pareció calificar bien así su inmensa presencia- anunció que se reanudaba el proceso para descubrir a los verdaderos culpables del asesinato del General Gabela quien se había opuesto a la compra de los helicópteros Dhruv  a la Cia. India Hal, y que por ello recibió amenazas que fueron registradas por la televisión, cumplidas en pocos días cuando se lo asesinó a mansalva y en la puerta de su casa . La señora Fiscal Salazar y la Señora Patricia Ochoa vda. de Gabela poco pudieron hacer enfrentadas a una gavilla dirigida desde el Gobierno que aparentando sus ejecutorias, contrató a un argentino de apellido Meza para que investigue y que presente los informes. El inmoral argentino puso sobre la mesa sus conclusiones, pero no todas, porque las que determinaban claramente quienes fueron los asesinos, desaparecieron debajo de una de las mesas de Carondelet y el autor de la patraña,  puso a buen recaudo su memoria ,  declaró, lejos de nuestras fronteras y aquí mismo que  olvidó lo fundamental, por supuesto que no olvidó los miles de dólares del contrato y tampoco olvidó que su trabajo era investigar lo que los ecuatorianos no podían hacer y entre sombras y cortinas siguió con sus estafas, el  prófugo del ático belga, con la sonrisa  sardónica que ostenta, seguramente les dijo a los compradores de los helicópteros Dhruv, que no se preocupen, que el Estado no sufrió perjuicios, que los seguros pagan porque para eso están, que los fallecidos seguramente han sido olvidados, que la Sra. Patricia Ochoa y sus hijos honrarán la memoria del General Gabela. Punto y seguido. Porque la señora Fiscal Salazar ha persistido en su labor de rescatar lo que nos queda y seguir siendo consecuentes con los valores que los ancestros obligan tener. Ya son una veintena de implicados, ya debe sentir en lo profundo de su ser, que la familia del General asesinado no está sola porque millones de ecuatorianos, junto a ellas, pediremos JUSTICIA Y CASTIGO.