Los planes te llevan en la vida a elegir un camino; pero no te aseguran compañía

Los planes te llevan en la vida a elegir un camino; pero no te aseguran compañía
Joffre Villalva Casanello

Joffre Villalva Casanello

El camino de la vida tiene una de estas tres condiciones: la primera la depresión, que supone la resignación en la adversidad; neutralización de su mente y de todo aquello que le sea útil para saber y comprender; la segunda el entorpecimiento de la acción espiritual, de manera de impedir el flujo de sabiduría, y lo más importante: la exaltación de las pasiones. Estas tres condiciones permiten la dominación que busca el mundo de todo ser humano. De tal manera que elegimos uno de los siguientes caminos: el camino del mal, el camino del bien y aquel camino que no es ni uno ni otro; es decir aquel camino de incertidumbres, de inacción espiritual, de falta de amor y de enfermedades mentales. Si una persona piensa solo en ella de seguro está en el camino de incertidumbres, si una persona aparte de pensar en sí misma primero, se muestra crítica y malvada para su propio beneficio; entonces está en el camino del mal, y si una persona decide ponerse al servicio de los demás: empezó el camino del bien. A menudo el camino del bien ofrece al caminante un balcón, un descanso, desde donde puede mirar el panorama. Entonces, al ver el punto de reposo allá abajo y advertir el aire puro de la altura espiritual, un regocijo inmenso, indescriptible, una paz que no puede hallarse en otra parte, invade el alma. A medida que se anda ese camino, el caminante se encuentra y es ayudado por otros peregrinos que han atravesado la zona de mayores dificultades y que por todo comentario tienen una mano tendida, una sonrisa y una mirada apacibles y afectuosas. Si uno les pregunta: ¿qué hay allí arriba? Ellos responden: “Allí arriba está tu verdadero corazón”. ¿Debemos escoger nuestras angustias y preocupaciones por sobre las de los demás? La madurez no se consigue luchando solo con tus luchas, muriendo mil veces por entender este mundo, sino en el camino del amor que nos revela la paz interior que tanto anhelamos.

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