Para no olvidar

Giana Villalva Espinosa

“El pueblo que desconoce su historia está propenso a repetirla”, de ser esta frase más precisa sería entendida como “Aquel pueblo que invisibiliza sus errores los vuelve a cometer”. Debería ser básica y esencial el perpetuar la frase en la mente de la sociedad generación tras generación para deshacer el velo que invisibiliza e insensibiliza los problemas reales.

La sociedad actual mayormente no considera que el sufrimiento o los problemas que no son suyos interesen. Realmente, aunque existan campañas en contra del suicidio y que exactamente en el mes de septiembre se conmemore el Día Internacional de Prevención del Suicidio, nunca llega a ser suficiente cuando un compañero, amigo o incluso familiar carga con un dolor o se ve presionado por circunstancias dentro de su entorno que lo orillan a tomar este tipo de decisiones. Las notas en puentes pueden ayudar a salvar unas cuantas vidas, pero no todas. Se refleja en el número de 323 personas dentro de Tungurahua, de 2019 a 2023, que decidieron acabar con su vida.

Los estándares de aceptación para “pertenecer” o para ser “aceptado” llegan a ser muy altos para los jóvenes, lo que genera a su vez en sí que hablar de este tipo de temas entre la persona que sufre y una persona de confianza de cualquier tipo ya sea desde un amigo hasta un profesional sea imposible debido a que todavía existe el estigma para las personas que buscan ayuda. La sociedad se insensibiliza y se venda los ojos al tomar con normalidad comportamientos abusivos de menores hacia otros menores o de profesionales que imparten cátedras hacia estudiantes. Se genera ahí una duda imposible de evadir ¿A quién acudo?

Es imprescindible entonces ver cada una de las señales, de los gritos de auxilio, de poner un alto, incluso de levantarnos del lugar en el cual nos encontremos sentados para acercarnos, aún sí desconocemos a la persona, para actuar y ayudar, para salvar vidas solo así podremos salvar nuestra humanidad de la indiferencia, dejar de cometer los mismos errores y dejar de pertenecer al grupo del velo en los ojos.