Miedo a la libertad

Nicolás Merizalde
Nicolás Merizalde

Con su indisimulado gusto por el totalitarismo, el correísmo y sus huestes vuelven a la carga para ahogar la libertad de opinión y expresión de los ciudadanos y así imponer “su verdad”, como aquella de que en un terreno árido se erige una refinería, que el IESS quebró por arte de magia o la cínica defensa de la corrupción a cambio de obras. Curioso que en ese proyecto de control decimonónico no se haya tomado en cuenta a los medios comunitarios ¿Un descuido premeditado o la prueba de una concupiscencia dañina entre el populismo cleptómano y los movimientos pro paro que secuestran el país de cuando en cuando?

Al igual que otros demócratas pensé en un primer momento que el veto total a ese proyecto liberticida era una respuesta contundente además, de adecuada. Sin embargo, lo cierto es que tomando en cuenta la actitud anti país que ha demostrado reincidentemente la Asamblea Nacional, constituía un riesgo desmedido bloquear dicho debate durante un año para darles la posibilidad de aprobarlo a sus anchas una vez cumplido el plazo. La decisión de Lasso por el veto parcial es la muestra evidente de nuestra debilidad institucional y el poco margen de maniobra que ese caldero de intrigas en forma de hemiciclo le deja a Carondelet cada que deciden alzar el brazo.

El veto parcial somete los temas de fondo a dictamen de la Corte Constitucional, último eslabón de nuestro endeble Estado de Derecho, para zanjar de una vez por todas las pretensiones autoritarias y dejar en último de los casos, que los honorables debatan aquellas partes de la ley que menos les interesan. Espero y confío que la Corte podará dicho proyecto y dejará constancia de la afrenta que los artículos señalados significan para el ejercicio de los DDHH.

Solo si tenemos libertad para hablar habrá libertad para pensar. ¿Por qué tanto miedo a esta verdad, amigos de UNES?