¿Los ayudamos a morir?

Kléver Peñaherrera

El suicidio asistido y la eutanasia son temas que generan controversia, aunque en algunos países como Bélgica, Holanda o Suiza, son legales, en Latinoamérica aún no son aceptados legalmente.

En Ecuador, la Constitución considera que es el Estado quien debe garantizar la vida digna de los ciudadanos, pero no contempla estas prácticas en sus leyes. Aunque algunos ciudadanos luchan por la legalización de estas prácticas, la mayor parte de la sociedad y la élite política se oponen a ellas.

Sin embargo, la realidad latinoamericana es diversa y hay países como Colombia que han aprobado el suicidio asistido bajo determinadas circunstancias, por ejemplo: el paciente debe ser mayor de edad, padecer de una enfermedad crónica e incurable, presentar su solicitud de manera voluntaria, reiterada y consciente; y, tener tiempo suficiente para tomar una decisión informada. La eutanasia, por otro lado, aún no es legal en Colombia.

En el Ecuador la práctica de estas acciones se configura como homicidio culposo, sancionando a los galenos con una pena de hasta cinco años de cárcel.

Estos temas son complejos y merecen una reflexión profunda, pues es necesario que seamos empáticos con una persona que desea morir y su familia, al considerar que se le obliga a prolongar su sufrimiento.

Es hora de sentarse a analizar estas figuras jurídicas y entender que la vida digna también debe considerar una muerte en las mismas condiciones.