Generación idiota

Desechar la mediocridad
Desechar la mediocridad

Álvaro Peña Flores

Agustín Laje en su libro, “Generación Idiota, una crítica al adolescentrismo”, plantea de manera detallada y con ejemplos concretos la decadencia en la que está sumida la sociedad, de manera especial el grupo etario que comprende la adolescencia, entre los 12 y 18 años aproximadamente.

Dos cosas que me han llamado la atención en la lectura de este libro son que, en primer lugar, la adolescencia ha desechado de manera radical la experiencia del adulto, porque lo ha considerado caduco, fuera de foco y algo gravoso para su propia educación. Tanto que así que, por ejemplo, los jóvenes de hoy ya no ven a sus padres como tales, como un cúmulo de experiencia que les pueden ayudar a crecer y que, con su ejemplo pueden lograr mejores y mayores cosas. Los padres ahora se han convertido en amigos, perdiendo así, la autoridad total para criar y corregir a sus hijos. Su permisividad los arroja a convertirlos en seres endebles, flojos y carentes de toda resiliencia ante las adversidades.

Y, la falta de sentido en la juventud. Viktor Frankl, sobreviviente de los campos de concentración en su libro “El hombre en busca de sentido” narra de forma detallada los horrores de la segunda guerra mundial y cómo su sentido existencial le permitió lograr sobrevivir a estos eventos. ¿será por eso que el incremento de los suicidios en los jóvenes se ha disparado en los últimos años? La juventud, sin dejar de lado la población adulta, que muy inmersa está en estas nuevas tendencias, se ha dejado llevar por la moda, la farándula y la imitación a lo que las pantallas nos muestran.

Todo se ha vuelto caduco, el sentido de las cosas ahora tiene corta vida, y ante eso, se busca exasperadamente a quien o que rendir culto o pleitesía. Todos nos vemos inmersos ahora en el idiotismo generacional.

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