Cuando un amigo se va

Eddy Arrobo
Eddy Arrobo

Eddy Arrobo Rodríguez

Cuando un amigo se va nos embarga el dolor y la tristeza, queda un espacio vacío y el corazón se estrecha. Las interrogantes aparecen ¿qué quedó pendiente?, ¿disfrutamos lo suficiente?, ¿cuándo nos volveremos a encontrar?; los recuerdos se vuelven nuestro legado y nuestra mente trata de rememorar los momentos felices.

Cuando un amigo se va su pérdida física nos aflige, pues ya no podremos estrechar su mano, disfrutar de una conversación amena, ni reírnos recordando nuestras anécdotas, sin embargo, con el devenir de los días nos sentimos afortunados por haber tenido la suerte y el honor de contar con su noble y sincera amistad. Su partida nos evidencia lo frágiles e indefensos que somos ante los designios de Dios, pues hoy estamos y puede que mañana no.

Estas líneas las dedico al recuerdo de mi buen amigo Dr. Víctor Hugo Ortega, quien ha dejado este mundo terrenal el sábado 30 de julio del año en curso. Mi amigo, sembró en tierra fértil y nos deja como legado su amor y pasión por su barrio, por el deporte, especialmente por el fútbol; el prestigioso, querido y entrañable Club La Tebaida siempre valorará su incansable incentivo y apoyo, así también te recordaremos como integrante de los noveles directorios de la Asociación de fútbol profesional de Loja y por tus destacadas actuaciones en el directorio de la ECUAFÚTBOL.

Su cosecha está asegurada, ya que junto a su distinguida esposa Dra. Lethy Coronel Cueva, formó un hogar muy respetable en donde se destacan sus hijos quienes con sus profesiones dan frutos y aportan a la sociedad tanto en el campo nacional como internacional.

Hasta siempre querido amigo, no es una despedida, es un hasta pronto, tu huella nos enseña el camino, tu esencia quedará intacta en nuestro corazón y tu don de gentes es el ejemplo para mejorar cada día.

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