Lindon Arturo Sanmartín Rodríguez
La Asamblea Legislativa ahora pasó a ser un Tribunal de Inquisición, al someter y juzgar a sus integrantes, solo por el simple hecho de alzar la voz o mirar con firmeza a sus colegas legisladores. La mayoría de las bancadas no cumplen con su rol importante de legislar y fiscalizar, esta última acción sólo ha cumplido la Comisión de Fiscalización y Control Político, el resto a medias o nada.
El Consejo de Administración Legislativa suspendió por 20 días al asambleísta Salvador Quishpe Lozano, por haber agredido de palabra a los legisladores de la bancada del correísmo, qué ironía cuando los epítetos en contra de la honra de sus adversarios salen de esa misma bancada, las pruebas están en los archivos de audio y video de la sesión 779, donde se analizaba el Art. 130, que buscaba la destitución del Presidente y Vicepresidente de la República.
Y, justamente en la sesión 779, fue la carta de presentación de la mayoría de asambleístas, donde las ideas que afloran no eran de razonamiento intelectual y más bien se caracterizó en un razonamiento estomacal, es decir de ideología vulgar, demostrando la formación inicial que recibieron en su núcleo familiar, pero es de suponer que para ellos, la familia queda en último plano y tienen que defender una ideología, que ni ellos mismo saben sus principios y fundamentos, solo son el instrumento a ser utilizados.
La calidad de debate en la Asamblea, no es el que los ecuatorianos queremos escuchar, la mejor acción que deberían hacer por el bien de ellos, de sus familias y del país, es renunciar y pedir disculpas públicas, porque no son dignos para estar al frente de la Legislatura, que tiene una solemnidad y virtuosidad para la democracia del país, cuyo accionar de la mayoría de los legisladores socavan la dignidad de la Asamblea.
Renuncien y permitan el rescate moral de la Asamblea.