Lo que no se ve

Christian Pérez
Christian Pérez

Como abogado litigante en materia constitucional me he encontrado con historias humanas donde la desolación, la impotencia y la pérdida de esperanza son comunes.

Esta semana conocí el caso de Luis, un niño de escasos recursos económicos que hoy tiene catorce años, y desde hace diez años sufre una enfermedad dérmica rara, crónica y de tratamiento paliativo costoso.

Pero, más allá del pesar que le ocasiona las dolencias de su padecimiento, es más fuerte su sufrimiento emocional al encontrarse con un sistema de salud deficiente, indolente y carente de medicación, lo que ha ocasionado que, a su corta edad, tenga cuatro intentos de suicidio ya que asumió la idea de que nadie lo quiere ayudar y es mejor morir para calmar su dolor y evitar que su familia sufra.

Lleva tres años esperando la compra de su medicación que no se encuentra en el Cuadro Nacional de Medicamentos Básicos, y entre ofrecimientos burocráticos que nunca llegan, su vida sigue transcurriendo.

El patrocinio de este caso, como no podía ser de otra manera, ha sido asumido gratuitamente, a fin de que obtenga una reparación integral que le permita alcanzar una calidad de vida digna.

Es penoso ver que en este país existen muchos niños y niñas como Luis quienes, mientras a nivel político y académico se aplaude airosamente los grandes avances en la macroeconomía, los altos niveles de ahorro en la reserva internacional que aseguren la liquidez, regulen los riesgos crediticios y financien los pagos externos, día tras día simplemente pierden sus ilusiones.

En junio de 2022 el Gobierno declaró en emergencia al Ministerio de Salud Pública debido al desabastecimiento de medicamentos e insumos médicos y se dispuso la adquisición urgente de los mismos. Al parecer esta emergencia solo existe en el papel, y mientras sigamos entretenidos en la farándula política y la corrupción galopante, muchos niños seguirán perdiendo sus batallas por la vida. Después de todo, estas son las historias que no se ven y no son relevantes, pero sin embargo cabe la pregunta, ¿acaso Luis no es la razón de ser del del Estado? No, al parecer la macroeconomía es prioridad.